sábado, 27 de enero de 2024

Capítulo 188: El punto de ignición

Estoy cansado de disimular. Estoy cansado de vivir para los demás, de ayudarlos, de preguntar cómo están.

Sigo con un nudo en el estómago, tengo un vacio existencial y me arrastro día tras día fingiendo que no pasa nada. 

Estoy peleado con el mundo y no soporto ver como al resto les va todo bien. Qué mierda sabes si el tiempo me va a curar un destrozo que perpetraste cuando menos lo esperaba, cuando menos lo merecía y cuando menos lo necesitaba.

Rabio de no poder odiar suficiente, de ser una persona tan dependiente y débil. Reprimo mis ganas de llorar constantemente y me jode el no poder contar lo que me pasa lo suficiente y no poder desahogarme como es debido.

Estoy aburrido de tener que ir al gimnasio cada día más de tres horas, que ir a rehabilitación sea tener algo que hacer. 

Tengo en la boca el sabor de la agonía y sigo sin dormir bien ni un solo día, harto que me vengan pensamientos de qué estará haciendo y estropeando el sentido de lo que hago yo.

Intentar ser compresivo y empático con los demás no me ha servido y ahora solo me sale querer ser egoísta a muerte. Me voy a quitar los topes de la corrección, me importa poco que piensen de mí, voy a ir a cuchillo. 

He desperdiciado toda la vida dejándome llevar, evitando herir a los demás a costa de mis necesidades, saliendo de mi piel para ponerme en la de la otros y cediendo por pena, sin saber  decir que no. Se acabó.

No te voy a perdonar esto nunca, ser manipulador, narcisista, embustero e indolente. Espero estar lo suficientemente cerca para ver tu caída, espero estar tan maravillosamente correspondido y ufano como para que no me importe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario