viernes, 8 de marzo de 2024

Capítulo 208: Bola de Drac eterna

"Volant, volant, sempre amunt, sempre amunt.
Na-na-na. Tu amb mi: tots dos junts lluitarem.
Volant, volant, sempre amunt, sempre amunt.
Na-na-na. Mai un amic sol no deixarem."

A veces, en la vida, cuando alguien se va, muere también una parte de ti. Normalmente suelen ser personas que han convivido contigo, seres cercanos o familiares que, de alguna manera, han marcado tu existencia con su conocimiento, su trato o su inspiración. Pero más allá de la impronta que puedan dejar esas personas, cada ser humano crece y toma forma a través de estímulos e influencia de otros referentes que se cruzan en su vida; una mezcolanza de inputs, a cual más variopinto, que terminan por cincelar tu yo real.  

En este caso, hoy he conocido la marcha del "formador" de una gran parte de mi adolescencia, así como de la gran parte de los que fueron mis coetáneos en esos años donde todos eramos tan impresionables. Ha muerto Arika Toriyama, dibujante y creador de las series manga "Dragon Ball" y "Dr. Slump". 

Más allá de la tristeza que me supone su muerte, es doloroso mirar atrás y ver que, la mayoría de los grandes nombres que hicieron de mi infancia un lugar más plácido, ameno y motivador, desaparecen poco a poco y dejan huérfana una parte muy importante de mí. 

Me crié, literalmente, viendo "Bola de Drac". La serie empezó a emitirse en Cataluña en febrero del 1990, y por aquel entonces, mi contacto con la lengua catalana era apenas residual. Eran unos dibujos espectaculares para el época, con unos protagonistas que rompían moldes y que te hacían desear ser ellos. Lejos del espíritu "woke" de hoy en día, en aquel entonces, la historia de dos aprendices de luchadores tutelados por un maestro pervertido y acompañados por una adolescente atractiva y aventurera, era una auténtica locura que nos abrió la mente como ninguna otra serie había hecho hasta el momento. Así aprendimos catalán una generación de chavales, la mayoría hijos de inmigrantes andaluces, y descubrimos los conceptos de la amistad, el esfuerzo, el sacrificio y la constancia. Fueron mucho más que unos simples dibujos animados, fue una fiebre de fotocopias, un acabar pronto los deberes para poder ver otro capítulo y una espera constante para que llegara el siguiente, un puente hacia una nueva forma de ver la vida, el inicio de vocaciones desconocidas y una ruptura de esquemas.

Y los que crecimos entre parques, la hora de los estudios, extraescolares, cómics y Son Goku, fuimos una generación muy feliz. A día de hoy, pasados ya algunos años, soy capaz de cantar de memoria las canciones tanto de "Bola de Drac" como de "Bola de Drac Z", cabecera y cierre incluidas. La esponja que eramos en esos tiempos marcó para siempre lo que somos ahora, y es una de esas cosas que mucha gente, ajena a aquel fenómeno excepcional, nunca entenderá. 

Ha habido personas, muy cercanas a mí tanto física como emocionalmente, que no ha llegado a entender lo importante que fue criarse en un momento como aquel. "Pero qué friki eres". Esa expresión, aparentemente inofensiva, siempre ha guardado un punto de desprecio y desdén como si el hecho de ser ya un adulto implicara una falta de madurez o seriedad por seguir disfrutando de aquel universo. Pero es que leer Ibañez me enseñó a no ponerle puertas a mi imaginación y aprender a dibujar, ver "Bola de Drac" me enseñó a hablar catalán, socializar y romper poco a poco los muros de mi tremenda timidez y a conocer y valorar el significado de la amistad, jugar con bloques de construcción ("Tentes") y playmobils desató mi creatividad y el don de buscar más salidas de las que unas simples instrucciones pudieran indicarme, devorar la bibliografía completa de Terry Pratchett (muchos ignorantes dirán que es un autor infantil) hizo explotar en mí el gusto por la lectura, por la escritura y, por primera vez en mi vida, tuve un ídolo real al que seguir, admirar y en el que desear convertirme. Todos aquellos años sacaron lo mejor de mí, los que me llamaron friki después y no supieron valorarme, lo peor.

Igual tú no entenderás que con 14 años prefiriera cantar "Arare-chan" antes que alguna canción de Raw Alejandro o Bad Bunny, o que ver al Senbei Norimaki (Doctor Slump) echar sangre por la nariz al ver las braguitas a la Señorita Yamabuki me parezca mucho más adecuado que escuchar las explícitas letras de cualquier reggetonero del tres al cuarto. También prefiero pagar 10 euros por una camiseta con Monkey D Luffy en el pecho que 30 por llevar el logo de Dolce&Gabanna o de Jack and Jones y que así parezca que tengo más clase; igual es cosa de "frikis", ¿no?. 

La cuestión es que no se ha muerto alguien cualquiera, se ha muerto una persona que regaló una infancia alucinante a millones de niños sin unos referentes claros ni sanos y que posiblemente forjó la última generación de gente que sabe lo que es el amor, el compromiso, luchar por su ideales y el no rendirse jamás, una generación que sería capaz de levantar las manos para dar su energía vital a quien la necesitara. 

Hoy vuelve a ser un día triste en mi existencia, y van demasiados. Busco motivos y salidas para empezar a ver la luz al final del túnel pero la nostalgia es un lastre demasiado pesado que no deja de arrastrarme hacia la oscuridad. Lo peor es que, incluso viendo como parte de mi vida se difumina, mi gran losa sigue sobre mis espaldas, infiltrándose en cualquier tema de mi vida, llevándome todos los caminos al mismo lugar, a la misma persona. Akira Toriyama creo infinidad de personajes pero siempre me sentí identificado con Krilin. Su historia de personaje secundario, que luchaba con todas sus fuerzas a pesar de ser inferior a todos sus amigos, me hizo ver que el autor construía relatos para gente común. Historias de amor y redención, como cuando el propio Krilin pide como deseo al Dragon Shenron que salve la vida al Androide 18, convirtiéndola en humana y logrando su pequeña victoria, tal vez mucho más importante que la que consiguieron el resto de los héroes. 

Akira transformó un robot en humano. Es una pena que sea demasiado tarde para que vuelva a hacer lo mismo. 

Descansa en paz, Gran Maestro, tu recuerdo y tu esencia perdurarán mucho más allá de cuando nosotros nos hayamos ido, porque tu herencia es una experiencia vital que poder transmitir a las nuevas generaciones para hacer de este un mundo un lugar mejor. 

Me uniré a la búsqueda de las 7 bolas de dragón para obrar el milagro, y sí, volveré a hacerla humana de nuevo. Lo siento.
 

  

 


viernes, 1 de marzo de 2024

Capítulo 207: Superado

Todavía tiemblo. Imagino que ninguna familia es perfecta pero la mía se sostenía sobre un único pilar. El equilibrio económico, emocional, el nexo de unión entre gente muy distinta lo aportaba la única persona que sabía dar lo que es imprescindible: amor. 

Pero todo eso se vino abajo el  día que se activó su cuenta atrás. Cuando desapareció todo fue oscuridad y gente extraña y, aquella persona que había estado siempre a su sombra, finalmente se quitó la máscara liberando el ser lúgubre que llevaba dentro. 

He conocido muchas personas tóxicas, egoístas, narcisistas y déspotas, pero nunca pensé que la peor de ellas la tendría, por desgracia, tan cerca en mi vida. Es como una maldición y un castigo, imagino que por no ser la mejor persona del mundo, por engañar y engañarme tanto, por no ser justo y tener una tendencia enfermiza a lo complicado, lo insano y lo roto.

Normalmente, las personas más insignificantes y limitadas, aquellas que han vivido siempre entre la mediocridad y las sombras, cuando obtienen algo de poder se convierten en el peor de los monstruos. Esa necesidad de sentirse superiores por una vez en la vida, de devolver todos esos años en los que no han podido mirar hacia arriba y se han sentido insignificantes, años soñando con el día en que por fin hubiera alguien por debajo de ellos y se volvieran las tornas. Ignorantes, inseguros, buscadores de grandeza, quiero y no puedo de la vida deseosos de devolver todas esas humillaciones multiplicadas por tres en lugar de simpatizar con los que estuvieron una vez en su lugar.

Yo, por mis malas decisiones, llevo estos años siendo la cabeza de turco de una de las peores personas que he conocido en mi vida. Hoy se le llama buying, acoso, maltrato psicológico, pero toda la vida ha conocido como ser un hijo de la gran puta, un dictador, un psicópata sin escrúpulos. Aguanto porque no puedo hacer otra cosa, porque he llegado a un punto donde todo mi entorno se ha derrumbado hasta tal punto que no puedo hacer nada más que soportarlo y esperar que pronto, el destino, me libere de esta pesadilla. 

Hay gente que es mala por naturaleza, estirpes y linajes que llevan el veneno en la sangre y que ni sienten ni padecen ante sus actos. Unas mentes trastornadas, ajenas al bien y al mal, que desconocen el concepto empatía y que nada ni nadie consigue hacerles ver la sin razón de sus comportamientos o forma de pensar. No se puede hablar con ellos, no se les puede hacer razonar, no entienden más lógica ni razón que la suya, son impermeables al sufrimiento ajeno. Estás con ellos o en su contra, transiges con sus ordenes y mandamientos o eres un elemento a eliminar, un traidor y un enemigo, una simple alimaña a la que despreciar y desposeer de su carácter humano para facilitar el odio.

Sufro regularmente este acoso de la persona de la que menos debería sufrirlo, fue su elección. Hay un sentimiento anquilosado por no haber salido a su imagen y semejanza. Es duro lidiar con acusaciones y amenazas de alguien que se sabe por encima de ti, de no poder decir las cosas que uno quiere, de no poder poner en su sitio a quien vive en una burbuja de irrealidad y fantasías, creadas para sentir que su bota de hierro pisotea con fuerza y justicia la voluntad y razones de quien no merece ser escuchado. No hay nadie peor que aquel que cree que posee el conocimiento absoluto, que es dueño y señor de la verdad, el discurso y de la sentencia final. 

Ningún ser humano debería poner al resto por delante de su propia sangre. Quien reniega de los únicos seres que van a estar de forma incondicional merece el peor de los castigos: la soledad. No se puede comprar el amor, no se puede exigir el cariño, son cosas que uno debe ganárselas con la misma moneda y que jamás supo hacer. Nunca tendrá su carisma, nunca tendrá su bondad, no conseguirá que la gente le quiera por lo que es y mucho menos por lo que pretende aparentar. Cuando no sabes diferenciar entre buenas intenciones, consejos y palabras veraces por muy dolorosas que sean, entonces estás abocado un mundo de farsantes, mentirosos, impostores y gente que sacará provecho de tu frágil personalidad, y lo tendrás bien merecido. 

A veces noto esa ira por mis venas, siento esa personalidad que nunca pedí oculta tras mi endeble escudo de paciencia y me maldigo. No quiero ser como él. Por  suerte tuve quien terminó de completarme y su naturaleza afable y generosa compensa con creces ese lado oscuro del que tanto me avergüenzo. Solo sé que quiero escapar de sus garras lo antes posible, que tantos años  de  sumisión no han conseguido hacerme inmune y me sigue afectando como el primer día. Me consuela que sus seres más queridos, si es que alguna vez los quiso de verdad, hayan podido huir hace tiempo y que la persona que más lo sufrió por fin descanse en paz y no pueda ver en lo que finalmente se ha convertido. 

Me he dado cuenta que siempre he acabado en manos de gente tóxica y manipuladora. He creído tener el control pero ha sido una mera ilusión de lo que realmente ha sucedido. He intentado agradar a los que menos se lo han merecido, inconscientemente he pensado que cumpliendo todos sus deseos conseguiría sumar a sus ojos, que claudicar ante todas las imposiciones cuando no aceptaban un no por respuesta les demostraría la clase de persona que era, que me ganaría su corazón eternamente. Y no, mi error fue pensar que alguien que quiere controlarlo todo y exige que estén incondicionalmente por y para él/ella van a tener suficiente con lo que ya tienen. Estas personas no tienen fondo, su ego es tan grande que incluso su generosidad está hecha para vanagloriarse a sí mismos. Nunca tienen bastante, nadie es suficiente, seguir luchando por su aceptación es humillarse y la propia autodestrucción. Sus conciencias seguirán inquebrantables porque no hay más razón que su propios pensamientos, su capacidad de autoconvencerse es suficiente para que la realidad imperante sea la suya. No puedes luchar contra ellos, nunca reconocerán un error, nunca se sentirán culpables, no les harás cambiar de opinión. La única solución es salir de sus vidas. 

En el pecado llevo la penitencia. Mi luz y mi oscuridad eran la misma persona con cuerpos distintos. A lo que me agarré para huir de un mundo de tristeza y vejaciones me dio la espalda de la misma manera. Psicológicamente estoy destrozado, no soy ni la sombra de lo que un día fui. Cuando falte del todo en su vidas, ¿qué pasará?. ¿Me echarán de menos o solo echarán en falta lo que les hacía sentir?. Quererlos como a nadie, ser capaz de dejarlo todo, mostrarles el daño que eran capaces de hacerme cuando mostraban su crueldad hacía mí, ¿será eso lo que más añoren cuando no esté?. 

No, porque al igual que un espejo, siempre encontrarán la luz de algún otro con el que creer que lo suyo es poder brillar.


martes, 20 de febrero de 2024

Capítulo 206: Past & Pain (II)

El pasado ha sido borrado. El futuro nunca ha ocurrido. No está presente. 

"1984" ha sido un descubrimiento. Entiendo por qué este libro estuvo censurado en EE.UU por pro-comunista y en la U.R.S.S. por anti-comunista, y sigue estándolo en Kenia, Bielorrusia y China. 

Más allá de su crítica al Totalitarismo y la salvaje idea de un Gran Hermano que controla toda la sociedad, "1984" me ha parecido un trágico libro de amor que, leído bajo ciertas circunstancias, deja un amargo sabor de boca a todo aquel que pasa por una situación parecida. 

Han reescrito mi pasado. Suele pasar cuando en una guerra hay un vencedor y un vencido. El ganador tiene el derecho y el poder de reescribir la historia, al perdedor no le queda nada, nadie quiere escuchar su realidad. Pero cuando reescribes la historia lo primero que muere es la verdad. 

Cuando pienso en todo lo sucedió, lo que se dijo, lo que se prometió, lo que sentimos, tengo una mayor seguridad de no estar loco. Como dice el libro, encontrarse en minoría, incluso en minoría de uno solo, no significa estar loco. Hay verdad y lo que no es verdad, y si uno se aferra a la verdad incluso contra el mundo entero, uno no está loco. Yo sé lo que fue. 

El problema es que puedo conocer la verdad de lo que había, pero si supiera la verdad del por qué luego todo fue así (como me sugirió K), posiblemente no seguiría escribiendo ni una letra de todo esto. El castillo que parecía tener sólidos cimientos en realidad solo tenía como base inestables naipes en un difícil equilibrio, que aguantaron por un motivo que creo conocer. Solo cuando, cansado de esperar, empecé a tirar de la manta, tiró a bajo todo el edificio, borrando pasado presente y futuro, sepultando pruebas, los motivos y volatilizando la existencia de todo aquello en todas partes menos en una, en mi cabeza. Es el único lugar que no podía controlar. La cuestión es, ¿tanto me acerqué que al final no le quedó otra que arrasarlo todo?. Lo “bueno” es que tuvo todo el tiempo del mundo para hacer la mudanza.

Pero el que controla el pasado controla el futuro, y el que controla el presente controla el pasado. El problema es que quien gana tiene el suficiente poder para reformular ese pasado. Cuando te engañas a ti mismo pensando que pasó algo para tomar esa decisión, das por cierto que todos los demás están viendo lo mismo que tú, pero la realidad existe en cada mente humana y en ningún otro sitio más. Por eso nunca hubo testigos, por eso mi existencia se limitó a ser un acto de fe, por eso hoy nadie puede cuestionarle lo que hizo.

No existo porque yo no formé parte del todo, solo lo colectivo es inmortal y puede captar la realidad. Por eso nunca existí ni existieron mis pensamientos o mi lugar, mis razones y mi voz, mis esfuerzos o mi dedicación. Todo eso ya solo son cenizas al viento. Desapareceré por completo de esta historia, la posteridad no sabrá nada de mí o lo que realmente fui. Seré una anécdota a contar cuando pregunten por su vida. Por eso me duele tanto, porque si ya he desaparecido, ¿qué importancia tiene lo que esté escribiendo o pensando y para quién lo esté haciendo?. 

Yo solo quise una cosa, haber podido luchar. No este ejercicio de autocompasión y constreñimiento para que acabe mi dolor y poder sentirme libre. Merecía la oportunidad de luchar, de poder hacer frente una etapa difícil por la que supuestamente se pasaba y tener el derecho de cambiar lo que hubiera sido necesario, una oportunidad ganada a pulso con los años y mi dedicación incondicional. Yo siempre construí, yo quería mi casa, no un alquiler. Nadie lo deja todo por un simple capricho terrenal. El sacrificio solo se puede realizar cuando uno es consciente de tener que hacerlo, porque nadie en su sano juicio cambia algo que le dicen que va bien. Cuando no te dicen la verdad, cuando no hay ganas, los pequeños obstáculos del día a día que a veces complican tu existencia (la vida no es un camino de rosas) no se pueden hablar, ni se pueden arreglar, ni compensar ni superar. Una planta no se seca de un día para otro sin mostrar los síntomas en sus hojas, a menos que hagas lo indecible para ocultar esas señales porque desees que muera de sed y que, por mucha agua que tengas guardada para ella, sea inútil salvarla porque te lo reprochen cuando ya es demasiado tarde. 

Negar la posibilidad de ver otra salida, otras opciones, negar un ejercicio de resiliencia, superación y esfuerzo para salir más fuertes que nunca, a eso se le llama cobardía. Sí, en la vida hay altibajos, momentos en los que cuesta seguir adelante, pero lo que importa son las relaciones humanas, y un gesto completamente espontáneo, un abrazo, una lágrima, una palabra cariñosa dirigida a alguien afligido, poseen un valor en sí. 

Hasta en esos momento de reflexión sobre la vida, cuando se flaquea o se duda, siempre hay algo a lo que recurrir por muy emocionalmente perdido que estés. Cuando se ama a alguien, se le ama por él mismo, y si no hay nada más que darle, siempre se le puede dar amor.

Hubiera luchado y te hubiera protegido de todas las balas del mundo rodeándote con mis brazos aunque mi armadura hubiera sido de papel. 

El libro es duro, reflexivo, descorazonador, pero su historia de amor es como una gran bofetada en la cara, una fría realidad que jamás hubiera creído de no ser porque los futuros distópicos cada vez lo son menos y esa historia, por otra retorcida coincidencia, ya la he vivido.

¿Qué pasaría si supiera la verdad, la que nunca me atreví a preguntar y que dudo que sepa jamás?. Todo se limita a pasado y dolor. Si la vida me diera 10 minutos de una de esas Telepantallas del Gran Hermano posiblemente los 2 minutos del Odio se transformarían en una eternidad de gritos, golpes e insultos y quemaría y borraría todo esto, arrepintiéndome de todas las horas que estoy malgastando en ello. Y eso es lo peor, que nunca me he equivocado y se que ahora tampoco.

Apenas 50 días (muchos más lo sé) y se acabaron la señales. Todos mis miedos se han hecho realidad en apenas un suspiro de tiempo. No voy a hacer más spoilers pero en un momento determinado del libro buscan cuál es mayor miedo de cada persona, a lo que más se teme, para usarlo en su contra. Pensé en cuál sería mi punto de fractura y rendición total; si el vértigo, las telarañas, la muerte, la traición... pero descubrí que por encima de todo eso hay una cosa que me causa aún más pavor:

La vida no se justa, hubiera luchado hasta el final, pero me robaron ese derecho. Al final resultó ser verdad que 2+2 son 5 y que 1+1 nunca fue 1 sino 3.


lunes, 19 de febrero de 2024

Capítulo 205: Past & Pain (I)

Febril, como la carta de amor de un preso, así estoy yo, sin ti.

Tras mes y medio sin apenas dormir, apenas comer, múltiples visitas a hospitales, urgencias y rehabilitación, al final he caído. No sé si es gripe o costipado pero me duele todo el cuerpo, no paro de moquear y me siento chafado. Vamos, como hasta ahora pero a nivel físico. De lo otro sigo igual o peor, es un 24/7 de preguntas, recuerdos, sensación de añoranza y rabia, mucha rabia. 

El tiempo no lo cura todo. No es lo mismo pasar 4 días en cama y deshacerte de un virus molesto que te arranquen de cuajo partes de ti y te quedes cojo, ciego o acárdico. La gran diferencia es lo dentro que lo llevarás, lo profundo que hubiera calado en ti.

Algo que nace, crece poco a poco, se infiltra bajo cada poro de tu piel, que con el tiempo pasa a tu sangre y a tu sistema nervioso, late, piensa y respira en armonía contigo, que acaba guiando tus pasos y finalmente lo acabas asimilando como tu otro ser, eso, cuando repentinamente desaparece sin explicación, sin síntomas que te anunciara la gravedad de la situación, sin poder poner remedio, eso es la muerte en vida. Y ni el tiempo ni el sentido común pueden hacerte recuperar la vitalidad de la que un día disfrutaste. Secuelas terribles que nada ni nadie podrá evitar.

Pero si para ti solo fue un rasguño, un corte superficial, si tu piel, a pesar de ser suave y estar dorada por el sol, es dura e impermeable, esa “accidente” se cura tapándolo cierto tiempo y sobretodo evitando que vuelva a ocurrir. Y si tienes a alguien que pueda lamer tus heridas, curarlas y darles calor, en dos días ni siquiera recordarás qué te ocurrió porque no dejará ni marca. No somos iguales.

A base de vida y experiencias, no siempre las más positivas, aprendí ciertas cosas sobre lo que los médicos llaman la Escala del Dolor o EVA (Escala visual analógica). Es el baremo que utilizan para intentar valorar el grado dolor que sufren sus pacientes para poder determinar el tratamiento más adecuado en cada caso. En esa escala hay cuatro tramos: ausencia de dolor, moderado, severo y máximo dolor. Lo excepcional del caso es que el dolor no puede ser cuantificado de forma categórica, sino que se trata de una ponderación basada en sensaciones emocionales ya que cada uno lo vive de una forma determinada. Lo que para una persona puede ser una punzada para otra puede significar el dolor más extremo ya que la resiliencia y el umbral de dolor de cada uno es completamente distinto y personal.

Por ello es tan injusto que, generalmente los que nos causan ese dolor, valoren lo soportable que es en sí el dolor que han inflingido, nos digan lo que tardaremos en superarlo y sean absolutamente ajenos a él siendo algo que han provocado. Y lo peor es que, una vez sufres ese dolor por el motivo específico, haya un dolor incluso más terrible que es el proviene de la forma en que se ha gestado el dolor primigenio: el que jamás esperaras que lo causara la persona que lo causó. Es un mal derivado de la traición, de la decepción, del sentirte roto por dentro, del no verlo venir. Por desgracia hay personas que están tan perdidas que ni sufriendo lo indecible son capaces de claudicar o sentir un odio que les permita soltar la mano. Masoquistas se les llama.

Una herida física se cura, un partir consensuado sana, un adiós por la espalda no.

Esta semana pararon el corazón a mi padre y estaba muy asustado por cómo sería el resto de su vida. Cómo decirle que yo sé lo que es eso y lo dura que es la verdad.

miércoles, 14 de febrero de 2024

Capítulo 204: San Valentín



 Simplemente in love. Feliz San Valentín. So sad.

martes, 13 de febrero de 2024

Capítulo 203: Mil cosas que haría por ti (1a parte)

 “Mil cosas que haría por ti” es una película (comedia romántica) de 2017. El asunto no va mucho más allá del hecho que uno de los actores sea Peyu, un gran humorista catalán que me gusta bastante, y el curioso título de la propia película que me ha servido de excusa e inspiración. Mil cosas que haría por ti:

- Encontrar la fórmula de la eterna juventud a tus ojos.

- Cortar siempre yo la cebolla para que de lo único que llores sea de felicidad.

- Aprender a no dar portazos cerrando el maletero de tu coche.

- No volver a mentir sobre el color de tus ojos.

- No esconder más tonterías por los rincones de tu coche solo para ver cuándo las encontrarás.

- Que nunca te falte queso, ni un beso.

- No querer ni volver a jugar a las Damas con nadie que no seas tú.

- Dibujar caminos interminables sobre tu suave piel.

- Que te nunca falte strawberry cheese cake al ir a la heladería.

- No mentirte más.

- No dejar que me mientas más.

- Poner a tu nombre todas los olas de mar.

- No volver a llegar tarde por no perderme ni un segundo de ti.

- Dedicarte el doble de tiempo del que te mereces aunque sea la mitad del que deseo estar a tu lado.

- No olvidarte en 19 vidas y 500 noches.

- No tener números rojos en la cuenta de besos a dar.

- Ser el guardián y el refugio de tus sueños cuando te duermas entre mis brazos.

- No dejar de escribirte, no dejar de escribir nuestro pasado, porque escribir es disparar contra el olvido.

- Leer en silencio compartido.

- No tocar la batería en el salpicadero de tu coche con los palillos del japonés.

- Acompañarte cuando camines sola por el Boulevard de los Sueños Rotos.

- Cantar a pleno pulmón todas las canciones que te gusten, entrar en tu mundo y disfrutar.

- Menjar-me una síndria, sucosa que regalima.

- Absorber tu mala suerte, ser tu talismán por siempre. 

- Dejarte notas cada vez que me vaya para que un trozo de mí se quede allí.

- No rechazar un regalo nunca más. No cambiarlo. Ni a ti.

- Crear un futuro, exprimir el presente, mejorar el pasado.

- Aprender catalán para tener que estemos empatados en barbarismos y risas.

- Hablar las cosas cuando algo no vaya bien, cambiar las cosas para mejorar, luchar por superar los malos tiempos. No rendirse.

- Ser tu apoyo, tu amigo, tu todo, tu esclavo.

- No dejar de quererte.

- Pensar 1000 cosas más que hacer por ti.

lunes, 12 de febrero de 2024

Capítulo 202: Extractos (1984)

Cuando ella dijo que no podía venir, había sentido como si lo estafaran. Pero en aquel momento la multitud los aplastó el uno contra el otro y sus manos se unieron y ella le acarició los dedos de un modo que no despertaba su deseo, sino su afecto.

Una honda ternura, que no había sentido hasta entonces por ella, se apoderó súbitamente de él. Le hubiera gustado en aquel momento llevar ya diez años casado con Julia. Deseaba intensamente poderse pasear con ella por las calles, pero no como ahora lo hacía, sino abiertamente, sin miedo alguno, hablando trivialidades y comprando los pequeños objetos necesarios para la casa. Deseaba sobre todo vivir con ella en un sitio tranquilo sin sentirse obligado a acostarse cada vez que conseguía reunirse. […]

No te acerques demasiado a la ventana. Y no te vuelvas hasta que yo te lo diga. Winston obedeció y se puso a mirar abstraído por los visillos de muselina. Abajo en el patio la mujer de los rojos antebrazos seguía leyendo y viniendo entre el lavadero y el tendedero. Se quitó dos pinzas más de la boca y cantó con mucho sentimiento:

Dicen que el tiempo lo cura todo, dicen que siempre se olvida, pero las sonrisas y las lágrimas a lo largo de los años me retuercen el corazón. […]

Tenía Winston la sensación de que podría penetrar en ese mundo cerrado, que ya estaba dentro de él con la cama de caoba y la mesa rota y el reloj y el grabado e incluso con el mismo pisapapeles. Sí, el pisapapeles era la habitación en que se hallaba Winston, y el coral era la vida de Julia y la suya clavadas eternamente en el corazón de cristal. […]

Solo quiero…