sábado, 31 de diciembre de 2016

Capítulo 154: ¿Recuerdas los monstruos?

No, los planes no se suspenden, ni se aplazan ni se posponen hasta un momento más propicio. Un plan que no se hace en su momento, queda en el limbo de cosas de que debimos hacer cuando tocaba.

No volverá a pasar, todo tiene su aquí y ahora, todo lo que no sea así pierde frescura y sentido. Nunca se sabe cuando fue la última vez que hiciste algo, puede que ayer, hoy o mañana, pero solo con suerte un día recordarás que aquella fue esa ocasión, y lo lamentarás.

No dejemos que eso ocurra, que tengamos que hacer memoria para saber cómo y cuándo ocurrió, que lo que en su momento nos hacía latir el corazón, sea hoy solo una idea más, desgastada de tanto repetirla imaginariamente en nuestra mente.

Hoy vi los monstruos que Dexter espantaba para Debra, hoy puse fin a una serie que debí terminar cuando todavía me causaba escalofríos emocionales. Simplemente me dí cuenta que dejar para un mañana algo que fue especial en ese momento, por el miedo a que se acabara o no poderlo disfrutarlo más, lo acaba matado tanto en su presente pasado como en un presente futuro.

No privarse, no excusarse, no traicionarse a uno mismo, hoy fue la última vez que dejé algo para mañana, porque mañana ya no es hoy, y el hoy existe pero el mañana nunca.


Frase del día: Feliz nuevo año de nuestra existencia, que de todo aquello que nos incita a mejorar, cuaje aunque sea un 1%, pues ya nos hará un poco mejores de lo que fuimos ayer. ( Yo, un poco más sabio, un poco menos vivo)
- Ella, él y yo, como siempre.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Capítulo 153: Dafoddil lament

... and the dafoddils look lovely today.


(I'll be dreaming my dreams with you)

viernes, 7 de octubre de 2016

Capítulo 152: Qué febril la mirada (11 años no es nada)

Todo depende del color con el cristal con que se mira. Eso dicen. ¿Cuántas cosas se pueden ver tras once años mirando a través del mismo cristal? Una inmesidad de pocas cosas.

Todo empezó con Cristina, alguien en quién me fijé lo suficiente como para copiar su forma de ver la vida, que no en su manera. Al aire, discreta, solemne, ese fue el atractivo que me invitó a decorar mi mirada y lo que en un futuro proyectaría a la gente al mirarme a los ojos.

He oído de todo, pero lo que más unanimidad ha causado ha sido: "Tienes pinta de intelectual". Eso y "Te pega, te hace cara de niño bueno". Al parecer, lo de depender del color del cristal con que se mira también es de vuelta, porque ellos han visto mis ojos a través de un cristal con filtro del todo opaco.

Llevé 11 largos años esas gafas. Han resistido viento y mareas, mi descuidada forma de tratar las cosas, enfados y olvidos, todo tipo de tejidos contra los cuales he torturado los sucios vidrio en un intento de que mi mirada no fuera más turbia de lo normal. Pero sobrevivieron, porque no hay en la vida cosa más importante que ser de ideas fijas y aferrarte a lo que te gusta.

Esas gafas han visto muchas cosas, tantas que ahora miro atrás y veo todo como veo las cosas sin ellas, cuanto más lejos más borroso. Pero mis gafas han sido la lente que ha fotografiado toda una vida y han permido que hoy tenga recuerdos imborrables en la tarjeta de mi memoria.

Cristina puso los ojos en otras cosas, yo seguí miope perdido. Viví un nuevo despertar que fue dejandome luces y sombras hasta acabar enturbienado del todo mi mirada para finalmente no ver nada. Abrí los ojos a tiempo para darme cuenta que llegaba un tunel que me mostró lado más oscuro de la vida y el lado más valiente de las personas. Durante ese periodo fuí yo quien no quiso ver las cosas, porque la cobardía está en ojos, y para cuando decidí abrirlos ya solo se vieron lágrimas.

Estas gafas han visto lo mejor y lo peor de este mundo, en ese orden, y doy gracias de todo lo que con ellas he visto pero a su vez, maldigo mil veces lo que con ellas no volveré a ver y lo que las nuevas nunca verán.

Mirar atrás es duro y de cegatos, así como engañoso y traicionero. No se puede mirar atrás porque lo que se ve no es verdad y te distrae de lo que viene por delante, pero no puedo dejar de pensar que los mejores 11 años de miradas quedan cerrados con el cambio, y que a pesar de que no varió mi graduación ni mi forma de ver las cosas, se me hace cuesta arriba pensar que ahora soy otra persona, que "ve" las cosas diferentes (asumiendo la contradicción), pero que no es capaz de vislumbrar el futuro con el optimismo que hace una década tenía aquel muchacho que irradiaba luz por los ojos.

Guardaré mi viejas gafas, personales y funcionales, para cuando tenga ganas de mirar de la forma ella que me veía, y daré una oportunidad a las nuevas de quitarme la razón, que no puedan acusarme de ser un corto de miras y asumir una nueva etapa donde ver mejor a mi gente, más nítida, más grande y más sonriente.

En el fondo, de cerca veo perfectamente, así que cuanto más cerca esté de esas personas y ellas de mí, solo necesitaré mirarlas a través de mis ojos, que en su marrón profundo, son el único cristal de color con el que deseo verlas.


Frase del día: "Te quedan muy bien" (Chica anónima de la óptica que ha sido a la primera persona que he mirado con ellas)
- Siempre es agradable que lo primero que vea una persona con sus nuevos ojos sea un gratificante y espontanea sonrisa.

martes, 13 de septiembre de 2016

Capítulo 151: Pasar

A veces me gusta pasarme por aquí, el viejo rincón abandonado fuente de satisfacciones pasadas, tan solo para ver como estoy.

No vengo a ver cómo le va a la gente, o cómo quieren que les lea, ni tampoco paso para ver si el girar del mundo ha hecho mella en otros tanto como en mí. Tan solo paso para ver cómo estoy, para preguntarme en voz baja si vuelvo por estos lares para hacer sonreír al que me espera, a saciar mi vanidad por hacer algo que ilusamente creo que se hacer o simplemente a lamer mis heridas, cabizbajo y refunfuñante, como nadie puede hacerlo por mí.

Siempre entro con mil ideas en mente, hoy me encuentro con la mente vacía de ellas. No hay más que lo que surja, el libre albedrío.

Si me sincero es posible que un vaso lleno sea la respuesta a mis preguntas,  porque me siento tan insoportable como veo insoportables a los demás. Quiero pensar que miro con ojos claros y puros, sin filtros ni revanchismos, y que todo lo que veo no es lo que se podría esperar de personas por las que he dado mis restos. Quiero ver que mis motivos son básicamente una justicia que mucha gente está cansada de buscar, que solicita, pero que piensa que su precio es excesivo a menos que otro enarbole la bandera de su causa, pero tras la seguridad que da que tus enemigos no sepan que lo son.

No sé si el egoísta soy yo, por querer que el culpable grite en voz alta su culpabilidad, o los egoístas son ellos por autoexpiadarse sin penitencia y mirar para otro lado cuando les pregunto ¿por qué?. Sea como sea, he de dejar al mundo correr, he de recordar que la fuerza de las personas está en la capacidad de poder ser feliz sin las propias personas, en saber morder el polvo sin renegar a cada bocado,  recordar que todo lo que sube baja, y que tarde o temprano, todos nos volvemos a encontrar.

Paso por aquí y me veo quejica, con o sin razón, pero me noto a disgusto con el color de las pinceladas de los nuevos pintores contratados. Sé que se pasará, que todo es cuestión de enfoque, de tiempo y de saber apreciar los sabores, por eso no me preocupa. Prefiero entrar y conocerme mejor, pensar que, como dijo Gustavo Adolfo Becquer, todavía se distinguir cuando es orgullo y cuando es dignidad.

Es una noche tranquila, por primera vez en mucho tiempo no escucho a nadie, no aconsejo a nadie, no soy el mejor amigo de nadie. Eso ayuda a despejar la mente y a reorganizarse, a darme cuenta que esto es un acto de autoonanismo psicológico que no sirve para otra cosa que constatar que ya han pasado como dos horas desde el momento en que el volcán de mi mala luna entró en erupción y ver que ahora solo queda lava humeante que no emborronaría ni el papel.

Normalmente repaso lo que escribo, pero hoy haré una excepción, empezó a teclear una persona y lo acaba otra, ¿no es sorprendente hasta que punto podemos llegar a desconocernos?


Frase del día: "Banana brains, you're the apple of my eyes" (Die Antwoord)
-Yo-landi o por qué el mundo es adorable por sus rarezas.



jueves, 7 de julio de 2016

Capítulo 150: Will the circle... Bioshock

¿Se cerrará el círculo?

Hace unos años, el concepto "obra de arte" venía definido por todo aquel imaginario escultórico-pictórico relacionado con los grandes genios de las artes plásticas, o arquitectos y compositores de renombre, en general todo muy vinculado a ordenes clásicos donde predominaba un gusto estético por la belleza tradicional.

A día de hoy puedo decir que, sin ser artista, he formado parte de una auténtica obra de arte. ¿Cómo describir la película perfecta, una banda sonora que se mete bajo la piel y te rasga el corazón suavemente, una narrativa que te pone del revés cuando crees que ya lo estás, una historia que no podrá volver a ser escrita o solo un millón de veces más, un gusto visual que solo está al alcance de los que ven los sueños con los ojos abiertos y un nivel de vinculación emocional y personal que pocas cosas reales en el mundo pueden conseguir como lo hace esta irrealidad?
Pues tiene un nombre: Bioshock Infinite y toda su saga.

¿Se cerrará el círculo?

Fue ayer cuando toda la historia tomó forma y acabó (o empezó, o continuó, no sé que opinarían de esto los Lutece) y ya me siento un poco más solo al saber que no me acompañarán un día más.

Sí, no es más que videojuego, pero solo los que disfrutan de ellos como una forma más de abrir ventanas en su vida, sabrán lo mucho que puedes sentirte vinculado con las vidas y actos de sus protagonistas, casi más que con libros o películas, porque en ellos tú eres sus ojos y sus manos, de ti depende su supervivencia, su éxito o fracaso.

¿Se cerrará el círculo?

Este no es un post de spoilers, aunque desearía poder contar lo que sé, lo que he amado y vivido. Este no ha sido solo un juego, ha sido una reflexión sobre la naturaleza humana, sobre las oportunidades, sobre lo que está hecho, hecho está y lo que hecho está, hecho estará. Sobre la elección de los hombres y las utopías que acaban sumergidas, sobre la lucha de visiones económicas y críticas al comunismo desde un capitalismo descarnado o como define su creadora, el objetivismo. Es una y mil historias sobra la vanidad humana, sobre la manipulación, sobre la libertad de elección, sobre ser bueno o malo, lo que significan nuestros actos y sus consecuencias.

Pero fundamentalmente es un juego-reflexión sobre el destino y sobre el sacrificio, sobre lo que somos y el precio que debemos pagar para serlo, para haberlo sido o serlo en un futuro. Igual, una vez lleguemos al final, podemos respondernos a nosotros mismos si, en el fondo, realmente tenemos elección.

¿Se cerrará el círculo?

Bioshock 1, Bioschock 2, Bioshock Infinite y sus DLC Panteon Marino 1 y 2,  son el motivo de mi alegría y tristeza. Tal vez los dos primeros, que transcurren en Rapture, ciudad sumergida, puedan dar una impresión de ser solo un juego de disparos con una buena historia, pero sus reflexiones filosóficas y sus finales ponen la piel de gallina. Y cuando crees que nada puede sorprenderte llega Bioshosck Infinite y no puedes cerrar la boca. Desde Booker Dewitt, el protagonista, pasando por Elisabeth, Comstock, Daisy Fitzroy, Jeremiah Fink y hasta los increibles/odiosos/sorprendentes gemelos Lutece, uno no deja de creer emocionalmente sintiendo a cada uno de ellos como si formaran parte de su propio mundo. Hay un antes y un después de pasear por Columbia, la nueva ciudad por encima de las nubes, y de todo ese entorno que te hace olvidar que estás en un videojuego para ir un paso más allá, crearte la necesidad de explorar cada rincón para disfrutar de algo excepcional y para entender mejor una historia que crece y crece hasta comerte por completo.

¿Se cerrará el círculo?

Dudo que vuelva a jugar a un juego como este, porque francamente me parece insuperable en todos los sentidos. No es un sacrilegio si digo que se ha convertido en mi juego favorito para los restos, que esos momentos sin aliento, esa cara de no creerlo, esa satisfacción de ver como todas y cada una de las piezas encajan no me lo quitará nunca nadie.

Para todos aquellos que no hayan jugado nunca a videojuegos, es el momento del bautismo de fuego y una oportunidad de estrenarse por todo lo alto. Para los que sean ya jugones y no lo han descubierto esta saga, es el momento de  rebautizarse y renacer como hombres nuevos.

No os preguntéis ¿cómo? cuando la pregunta es ¿cúando?. Juega, jugó, jugará. Juego, jugué, jugaré.


¿Se cerrará el círculo...


Frase del día: "El tiempo puedo con todo, hasta con la esperanza" (Elisabeth) - "Constantes y variables" (Hermanos Lutece) - "¡El hombre elige! ¡El esclavo obedece!" (Andrew Ryan)
- Gracias Señor Levine, su deuda ha sido saldada.



viernes, 3 de junio de 2016

Capítulo 149: W

Día D - 1:45 horas

Hype! Ranarossi, Noserastú, Renegado, Âl, Yugulum, Shh, Dosh, Libretilla, Billpuerta y Aleyo, hoy es vuestro día. For the Horde.

jueves, 12 de mayo de 2016

148: Hoy

Hoy todos mis pensamientos son solo para mí y para ella.

lunes, 18 de abril de 2016

Capítulo 147: Only time

¿Quién puede saber de verdad, lo que piensas,
lo que callas y esperas?
Solo tú
¿Y quién puede saber si debo hacerle caso,
al sentido y la razón?
Solo yo

¿Quién puede observar silencioso, entre las sombras
como lates sin que me sientas?
Solo yo
¿Y quién puede robar mil veces, con su presencia,
una sonrisa verdadera?
Solo tú

¿Quién sabe dónde nos puede llevar este camino,
sí todo esto solo fue una casualidad?
¿Y quién dice que no solo yo pueda ver lucir una estrella,
cuando tú puedes ver tantas, como gotas, en el mar,
en el mar?

¿Quién puede decir que solo es cuestión de tiempo,
que ese algún día, llegará?
Solo tú
¿Y quién puede decir que ahora, únicamente
tus palabras son mi felicidad?
Solo yo.

Who knows? Only time
Who knows? Only...



Frase del día: "Las mayores sensaciones siempre vienen de las cosas que creíste más triviales" (Al - Who knows)
- En línea

jueves, 14 de abril de 2016

Capítulo 146: Cuando se es pasional

Cuesta mucho sentir, sobretodo intensamente. Y no hablo en términos de esfuerzo, sino del precio que hay que pagar cuando se siente demasiado. Implicarse, vivirlo todo tanto a flor de piel como dejando que cale hasta las mismísimas entrañas. Que te arda la sangre o se te hielen los huesos. Todo pura pasión.

Sí, me descubro como ser pasional, alguien que piensa las cosas con la cabeza pero donde el cerebro no es el que toma las decisiones en última instancia. ¿Duro, verdad?. Ser pasional es un auténtico martirio.

Hace algún tiempo, una vieja amiga me decía que me admiraba por ser tan pasional en todo lo que hacía. Ella lo veía desde una perspectiva subjetiva, desde ese punto del vista del que no tiene algo y lo anhela, quizás precisamente por eso, por no tenerlo. Se sorprendía de mi forma de hablarle sobre lo que me gustaba y del ímpetu que mostraba a la hora de explicarlo, porque según ella, irradiaba ilusión, un disfrute desmedido por todo aquello que hacía, hasta el punto de resultar incluso contagioso. Notaba en mí deseo, vitalidad, casi le daba envidia no sentir ella así.

Lo que no sabía es que la pasión tiene dos extremos, como todo. Uno en forma de completa felicidad, el gran final en toda la cima, hasta el punto de sentir como vibra cada átomo de tu cuerpo de auténtica alegría; y el otro lado, completamente lo opuesto.

Cuando eres pasional subes a lo más alto pero luego desciendes a los Infiernos. Cuando eres pasional sientes la plenitud absoluta pero también el más desolador de los vacíos. Un ser pasional vive y muere en un segundo.

Ser así implica desear las cosas ya, sin restricciones, sin medida. Quieres aquí y ahora, a máxima capacidad. Pero la pasión es algo efímero e impredecible, y ciertas cosas o personas pueden hacerte girar como una peonza, que lo arrases todo como un huracán desbocado para entonces llegar a un punto en que todo se para de repente, encontrándote solo y perdido entre los restos de maremagnum de sentimientos contrapuestos, con el corazón acelerado y bombeando bilis y terror.

La pasión acelera y agota a quien la posee. Cuando algo te apasiona, cuando quieres, piensas y deseas aquello de forma tan virulenta, es como si el tiempo se desbocase. Hay una frase de la película Blade Runner que describe perfectamente la idiosincrasia de todo ser pasional. Es el momento en que el replicante le exhorta a su creador el por qué lo fabricó para no durar, a lo que este le responde:

"-La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo. Y tú has brillado con muchísima intensidad."

La pasión, si no se riega con más pasión recíproca y no tiene de donde alimentarse, se agota y muere a mayor velocidad.

Ser pasional implica flirtear con el aburrimiento cuando tu objeto de la pasión no está a la altura de tus espectativas. Implica morir de innanición cuando ese ser no lo vive como tú, cuando no sabe o no puede mantenerla viva. Incluso pueden llegar a chocar como dos trenes sin control cuando tu pasión iguala a la suya pero falta raciocinio o inteligencia emocional para saber armonizarlas.

La pasión es descontrol, es explosión, es todo magnificado, tanto bueno como malo. Es envidia y egoísmo, es empuje y obsesión, es falta de paciencia y enajenación. Cuando algo te apasiona puedes llegar a ser el mejor y el peor a la vez, porque con esto no hay medida.

Mi bien querida amiga de la RAE tiene razón, la pasión es vehemencia. Creo que es la palabra que mejor puede describir(me) algo tan complicado de dimensionar: Fuerza irreflexiva, ardiente y lleno de pasión, obrar de forma irreflexiva, dejándose llevar por los impulsos.

No es bueno ser pasional, implica mucho dolor y desazón. Implica fallarle a tu cabeza, implica fallar a los demás, implica esperar demasiado de otras personas, esperar de ellas lo mismo que esperas tú, no contentarse nunca, nunca estar satisfecho del todo, querer más y más. La pasión, sobretodo cuando no es correspondida, es un pozo de irremediable oscuridad, más profundo y frío que el de aquellos que viven sintiendo menos o siendo más reflexivos y racionales. La pasión crea monstruos, noches largas y amargas, días sombríos llenos de desesperanza.

Pero a quien le corre la pasión por las venas, quien ha vivido un minuto de auténtica pasión, salvaje y desmedida, como he vivido yo... Ay...Ojalá tan si siquiera pudiera contaos...


Frase del día: "Te puedes quitar una camiseta, pero no su escudo, puedes borrar un pensamiento, pero no a la persona que lo provoca, puedes desterrar un recuerdo, pero no el dolor que deja. Somos lo que somos hasta el final, y quien te conozca, sabe que contigo se podría ir hasta el fin del mundo. Un crit valent." (Al- Sóc i Seré)
-Sí tú Confiaras en Mí de Vera...s

domingo, 13 de marzo de 2016

Capítulo 145: Idus Martii

Que la vida te libre de los Idus de Marzo, de los buenos augurios y fiestas de guardar.

Marte, el Dios de la Guerra romano, vela armas. Con su yelmo encrestado otea atentamente el horizonte terrenal, dispuesto a ensartar con su lanza al que muestre el menor símbolo de debilidad.

Temo a Marzo como los desamparados a las sombras de la noche. Para mí es un mes a temer, un mes con pasado sombrío y mala reputación, que señala amenazántemente y hace temblar.

Resulta irónico que, a dos días del Idus de Marzo, el día de los buenos augurios que corresponde a este mes, me sienta más como Julio Cesar entrando al Senado que como cualquier otro del resto de los mortales.

No han sido buenos mis marzos, y soy generoso con la definición. Desde que tengo memoria solo recuerdo malos momentos, pésimas noticias y despertares de realidad de lo más dolorosos.

Tal día como ayer, hace un año, murió mi totem inspirativo. Dudo que exista una persona por la que pueda sentir más admiración que él, intelectual y creativamente hablando. Todos tenemos un referente, la respuesta a la pregunta: "¿Quién te gustaría ser si pudieras elegir?". En este caso, él era esa persona. Ya solo me quedan sus libros, pocos de los cuales me tengo pendientes por leer pero para lo que no estoy preparado todavía.

En un Marzo cualquiera, de cuyo nombre no quiero acordarme, perdí para siempre lo que ya había perdido y no sabía. Perdí la inocencia, la fe en las personas que estando tan cerca, están muy lejos, y perdí algo que posiblemente nunca llegué a tener y que, a fin de cuentas, tampoco era tanto perder (eso lo sé ahora mismo). Cuando te dejan, nos dejamos, hago que nos dejemos, te dejo porque esperabas que nos dejaramos, punto y final. Pero se termina dignamente, porque si algo no funciona, no funciona. Que te vaya muy bien, fue un placer conocerte, seremos amigos, esto no se acaba, solo cambia de formato. Así funcionan las cosas de verdad, las adultas, las leales. Pero un día, ese sonido extraño en tu cabeza que te alerta que algo no encaja, activa el resorte del sentido común y abres los ojos, viendo un mundo de mentiras te hiela el corazón y hacer hervir la sangre. No eras tú, no era ella, era él (igual eramos demasiados). Ese fue mi Marzo de la traición sentimental. Perdí un futuro, gané otro, pero con una hipoteca de años irrecuperables.

Y finalmente, un Marzo y Marina, una persona que no volveré a ver y que odiaré de por vida de forma injusta, me sacó de mi mundo de negación ante la realidad e hizo de Dante Alighieri a las puertas del Infierno. Ella mató toda las posibilidades de esperanza, me hizo reconocer que sabía que la perdía. Dudo que en mi vida sienta tanto miedo y vacío interno como sentí aquel día. Ya sé lo que es llorar desconsoladamente. La peor noticia de mi vida nació un mes tal cual este y se hizo realidad varios meses después. Mi hundimiento personal y emocional tiene forma de Marzo.

Por todo esto temo, racional o irracionalmente, esta época del año. Porque es un mes de traiciones, de revelaciones dolorosas y de perdidas irrecuperables.

Hoy es día 13 y ya he tenido mi prodotio. La conjura de los optimates se ha fraguado y solo he podido decir: "¿Vosotros también, familia mía?". Pero ya no duelen las puñaladas, sino que los asesinos de Cesar eran ex Pompeyanos e incluso algunos, de la propia familia Julia, sangre de su sangre, a los que este perdonó la vida tras la derrota de Pompeyo en Farsalia.

Como dijo Shakespeare en su obra Julio Cesar: "¡Cuídate de los Idus de Marzo!"


Frase del día: "Sueltaló, sueltaló, no lo puedo ya retener, sueltaló, sueltaló, ya no hay nada que perder" (Sueltaló - Frozen)
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