miércoles, 10 de enero de 2024

Capítulo 174: 4 horas con Kpru

Muy vivida, muy luchadora, curtida en mil batallas, con menos fortuna de la que merece en la vida, psicóloga de psicólogos. L’esperit català de eterno perdedor que nunca se rinde y se vuelve a levantar junto al carácter alemán de alguien concienzudo, recto, lógico, prusiano. La empatía hecha persona, la mejor amiga que se puede tener.

Me pone los pies en el suelo. No habla mucho, escucha, y cuando hago un silencio suficientemente largo, opina. No dice lo que quieres escuchar, deja caer lo justo para que tú asumas el resto. No prejuzga, siempre mantiene que lo que yo tengo en la cabeza solo es una de las opciones que pueden ser, pero si te dice lo que es cuando las cosas son blanco y en botella. Te lo dispara, breve y concisa como es ella. Y sabe que en este caso no hay solución, que mi historia no tiene final feliz, sin más.

Abrí frente a ella la última botella de 2023 que quedaba por descorchar. ¿Para qué alargarlo más?. La señal.

No fue lo más duro, tampoco fue lo esperado. La conclusión, sabe lavarse las manos, ahora pelota en tu tejado. Win-win, lose-lose. 

Me recomendó un último viaje, no de redención si no uno sin billete de vuelta. Dilo todo, pregunta todo, va a ser lo más doloroso que puedas imaginar, pero acepta el reto, usa lo último que te ofrecieron. Tu guerra está perdida, sinceramente no tienes ninguna oportunidad pero deja que tu cabeza y corazón sufra conociendo ese por qué que tanto te atormenta y tal vez entonces puedas empezar a avanzar. 

Me hizo pensar: cuenta todo lo que piensas, lo que querías, todos tus planes, qué hubieras hecho, pero cara a cara. Me pregunto: ¿podría tener tanto poder como para cambiar mi vida y que por una vez el destino me sonría?. Eso es lo peor, el miedo a las últimas oportunidades y a la esperanza.

Siempre he tenido muy en mente el dicho: no preguntes aquello para lo que no estés preparado para escuchar la respuesta. Cuando uno las tiene tan claras y los demás te lo ratifican, el buscarlas se convierte en un acto de masoquismo, pero Kpru tiene razón, necesito cerrar heridas reabriéndolas en un último ataque kamikaze suicida. 

No sé cuando me atreveré a hacerlo, sé que alargarlo es como poner morfina a un paciente moribundo, pero necesito creer que todavía me espera algo grande y tener unos días para respirar.

Las Termópilas, El Alamo, Little Big Horn, Iwo Jima, Salamina, La Carga de la Brigada Ligera, Okinawa, todas son batallas donde un ejercito infinitamente inferior combatió contra la adversidad, hasta el último hombre, con el único pensamiento en mente de luchar por su ideales hasta el final. Y fueron derrotados en todas ellas. Menos en una. Salamina.

Temístocles derrotó a los persas, contra todo pronóstico. Los derrotó llevándolos a su campo. Yo no soy Temístocles ni el ejercito enemigo comete errores, juega en su terreno y no le hace ni falta luchar para vencer, solo mantenerse. Pero el sinsentido común me hace creer, ¿por qué no un milagro que nadie se esperara?. Mucha presión, demasiada.

Yo sigo lamentándome con el flagelo en mano, y no veo que Kprú también piensa en “cuando acabe esto ¿qué?”. También guarda muchos demonios dentro que está aprendiendo a canalizar y relativizar, pero me fastidia llorarle cosas de adolescente cuando ella juega en una liga superior de sufrimientos. Me hubiera gustado ser mejor amigo pero no es tarde para aprender, otra cosa no pero a esto no me resigno a poder serlo.

Kpru, preciosa, un placer formar parte de tu vida, mil gracias por todo, pero, equivócate esta vez, solo está, por favor. Colabora tú también, sí pero sí.

1 comentario:

  1. Cielo, yo no tengo la certeza de nada y ojalá, ojalá esté equivocada (como tantas veces) y puedas recriminarme ya con una sonrisa en la cara, que no tenía razón. Ojalá. Te lo deseo de todo corazón.
    Tú nunca te resignas a nada, y yo no tengo ninguna queja como amigo. Guardo la carta más tierna y más sincera que jamás haya recibido a buen recaudo y sé dónde encontrarte siempre, a la hora que sea y para lo que sea, no puedo pedir más. Bueno, por pedir, podría pedir muchas cosas, y lo haré cuando lo necesite, que para eso están los amigos.
    ¡Cuídate!

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