jueves, 4 de enero de 2024

Capítulo 168: Linger aka 4a carta

Quien no recuerda su historia está condenado a repetirla. A veces, pasan los años y crees haber aprendido. La experiencia no es un grado si sigues pensando que todo el mundo es bueno.

Siempre traduje, a mi estilo personal, la expresión inglesa “do you have to let it linger?” como “¿ por qué lo has hecho durar?”. Lo he visto traducido de otras maneras, y tal vez la que más se acerque sea “¿por qué alargas esta agonía?”. 

Solo 6 días después es la parte qué más me cuesta asimilar, en el caso que algún día lo asimile. He “vomitado” ya la parte más cruda en el pozo que se lo traga todo, un fútil modo de escape de la bipolaridad que se está adueñando de mí.

Pero me está sirviendo para una cosa que no me esperaba, darme cuenta que en la vida hay espejos, que en las estafas piramidales el que te roba a ti está siendo robado a su vez por el que tiene encima, y todo el mundo se queja igual, cuando el único que tiene derecho realmente a hacerlo es el que está en la base aguantando todo el peso. Otra cosa es que seamos tan incautos, ilusos o egoístas como para entrar en un juego donde sabes que el fundamento de su existencia es engañar o ser engaño.

¿Me dejé enredar por la utópica esperanza de que al final todo saldría bien?, ¿ignoré las señales por temor a que no fuera a ser así?,¿tanto me gustaba lo que tenía que podía vivir con la mitad partida por la mitad?. Sea como sea, debiste avisarme, mi apoyo fue incondicional.

Cuando llevo mucho rato pensando todo se racionaliza, mi narcisismo intelectual del pensar, darle vueltas, hacer del dolor algo culto y poético, me hace tener unos instantes de tranquilidad y cierta aceptación de la situación y mis errores. Pero esto es un grano en un reloj de arena.

Cuando “vuelvo a la vida” todo es ganas de morirme. La cabeza que no controlo y que va en automático me vuelve a lanzar un sin fin de recuerdos y preguntas de cuando todo aún tenía sentido y un objetivo.

Sigo pensando en aquello que ya no va conmigo, en por qué fue así, en lo difícil que es encontrar en la vida tu vocación, la suerte que tuvimos al hacerlo y lo brutalmente injusto que es perderlo por algo como la edad. No me jodas, con ayuda y tiempo hubiera pasado todas las pruebas mejor que el más pintado, porque tenía, tengo y tendré más ganas, ilusión y capacidad que nadie que ocupara mi lugar, porque estamos hechos el uno para el otro y porque el proyecto era para toda la vida. Yo he madurado suficiente como para saber que prefiero 20 años siendo inmensamente feliz, en un lugar donde hubiera pagado por cumplir mis funciones, que deambular por la vida para encontrar un sucedáneo con el que conformarme con el tiempo ,porque oye, todo el mundo me dice que se me ve bien, encajo y tengo todo lo que necesito, absoluta aceptación social subjetiva.

He tenido lesiones, justo en el peor momento, todo y todos me gritan que igual no es mi camino, pero nunca tuve tan claro que es lo que quiero. Todo está en mi contra, sobretodo quien tomó la decisión, esperanzas muertas y enterradas pero queda algo que no se puede borrar de un plumazo: quedo yo, queda lo que he hecho, lo que he dado, lo que puedo dar, lo fuerte que soy y lo que he podido llegar a calar. 

No soy la respuesta a todo el mundo, pero lo puedo ser para lo que tanto he luchado. Igual, contra todo pronóstico, si se me puede echar de menos, igual si llegué a entrar.

(Editado: No ha pasado una hora desde que escribí y se que todo lo que dije no tiene sentido. No es posible nada porque no estoy ya. ¿Cuándo lo asimilaré sin que mi cuerpo se hiele y ni pueda respirar? La realidad me ahoga. No es cuestión de tiempo, yo sí lo sé).

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