domingo, 4 de febrero de 2024

Capítulo 195: Dreaming my dreams with you

Estaré soñando en mis sueños contigo.

No sé si será eternamente como podía haber sido o simplemente es que forma ya parte de mí. Una cama grande, un lugar tranquilo, almohada mullida y paz. El lugar ideal para que empiece a soñar mis sueños contigo. 

Un sueño que es la respuesta a mi grito de socorro, al no, nunca más, no puede ser, lo lamento. En mis sueños también es el no la respuesta, es la desesperación de despertar y darte cuenta que ya no hay ni un lugar donde los sueños se hagan realidad. Me asusta y me entristece porque es la primera señal de la rendición incondicional. 

Estaré soñando en mis sueños contigo. 

Un montón de sueños sin contar, un montón de realidades por construir que tan solo le faltó un vale. Tenía mil sueños reales por contar, mil sueños para soñar despierto. Con un poco de valor y el mismo amor me hubiera bien ido lejos, al fin del mundo si hubiera sido necesario. 

Mis sueños eran un lugar lejano, cerca de nuestra tierra, donde poder caminar sin mirar a los lados, solo adelante. Crear allí un epicentro, un lugar seguro, el sitio donde acudir cuando las cosas fueran mal, el punto de equilibrio y de esperanza de toda una vida en común. Desarrollarnos como personas, sacar de nosotros mismos lo mejor de nuestros sueños personales, conseguir la cuadratura del círculo laboral e intelectual, sentirnos satisfechos cada mañana al despertar y cada noche al irnos a dormir, fuera lunes, viernes, domingo, enero, agosto, 2024, 2050. 

En mi sueño dejaríamos huellas en el camino en forma de lo mejor de ambos en un solo cuerpo, de nuestra alegría, de tu empeño, de mi creatividad, de tu fuerza de voluntad, de mi amor por las pequeñas cosas, de nuestro fluir armonioso y de nuestras ganas de no irnos jamás. De dos improbabilidades que se encuentran, se unen y crean un milagro que desafía el qué dirán. 

En mi sueño conquistamos el mar sin alejarnos de la orilla, en mi sueño vivimos nuestras propias historias paralelas sentados juntos sin silencios incómodos, escandalizamos a la autoridad desacatando los límites del disfrute y la química, subimos montañas sin perder el aliento y observamos a todos por encima del hombro. En mi sueño me importa bien poco si el viento no peina hilos dorados, en mi sueño el verde tiene un reflejo marrón y el marrón un verde infinito. En mi sueño no me importa si la sombra en forma de guitarra que te dibuja el sol crees que no pueda gustar, en mi sueño la perfección está construida tal como Dios la trajo al mundo, sin cambiar ni una coma y sin ganas de un punto final.

Mi sueño suena a voz tímida, fuerte y creíble, a no puedo fijarme en nada del camino cuando soy yo el que camina detrás. Mi sueño es la ceguera selectiva porque no quiero ni veo nada más, es siempre un poco a poco deseo quedarme un ratito más.  

En mi sueño, que no era un sueño, todas las palabras que había oído encajaban a la perfección, en mi sueño te preguntaba que tras el desenfreno, la pasión y el morbo, a quién querías tener entonces a tu lado cuando solo quedara todo lo demás. Yo me hice esas preguntas y la respuesta para todas ellas fue la misma siempre igual.

Está ahí fuera, está ahí fuera, si me quieres estaré aquí. (No need to argue).  



 


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