En construcción.
miércoles, 5 de noviembre de 2025
Capítulo 254: Shit Novembre
Ha empezado un noviembre diferente para mí. No he esperado a Año Nuevo para tomar la decisión de ponerme a prueba. A raíz de todo el cúmulo de desdichados sucesos acaecidos en estos últimos tiempos, he creído necesario empezar ya con mi epopeya.
Hace un año y medio quise demostrarme a mí mismo que era capaz de hacer ciertos sacrificios y seguir a rajatabla algún propósito que mejorara mi vida de forma sustancial. En ese momento fue dejar el azúcar, con todo lo que eso implicaba para una persona como yo, y lo conseguí. Ahora tengo la necesidad de afrontar un reto mayor, algo que ponga a prueba mis límites como individuo.
A pesar de que estas últimas semanas han sido muy duras a nivel emocional, me he planteado una serie de normas, códigos y deberes a seguir, con el objetivo de autoimponerme una disciplina y una cultura del esfuerzo que me convierta en una persona más resiliente y abnegada. Pretendo cambiar el nivel de dificultad de mi vida a uno mayor, para ver si así logro convertirme en una persona lo suficientemente dura como para poder sobrellevar, de forma estoica, un presente que puede conmigo por momentos.
He decidido rediseñar mi escala de prioridades, relegando lo superfluo y placeres inmediatos a posiciones más irrelevantes, y tocar fondo definitivamente, marcando mi punto de partida desde el punto más bajo.
Todo esto implica que se acabó procrastinar, uno de mis mayores defectos. También será el mes del NNN, y a buen entendedor ...
Quiero reunir el valor suficiente para dejar de poner paños calientes a una herida que no deja de sangrar. Afrontar la realidad de cara, luchar contra el miedo y el dolor de algo que no puedo perder porque ya lo perdí hace tiempo.
Reconocer, asumir y olvidar todo aquello que no es mi camino.
Me he comprometido a llevar a cabo un reto mayúsculo en mi formación personal, que va a suponer cinco meses de durísimo esfuerzo, falta de horas de sueño y mucho trabajo. Seguiré aprendiendo que luchar y darlo todo por algo no implica obtener una recompensa final, ya que este reto es incierto, y si fracaso, lo volveré a intentar.
Quiero recuperar ciertos lazos de sangre, sin pensar en un pasado deudor.
Apenas llevo cinco días de mes y ya han pasado mil cosas que han puesto a prueba la integridad de mi proyecto, pero sigo sin flaquear. No va a ser fácil porque he renunciado a la mitad de las cosas que me evadían y me hacían feliz, y esto apenas ha comenzado, pero pienso ser firme.
Estoy concienciado y preparado, y muy dispuesto a autoconocerme y a comprobar de qué pasta estoy hecho. Soy tan cabezón que, aunque resulte absurdo a ojos ajenos, llevaré todo esto hasta las últimas consecuencias. Para ello tengo una ventaja: llevo tanto tiempo obligado a renunciar a todo lo que más quería y tengo tan poca fe en las personas, que nada ni nadie me puede ya decepcionar.
Como decía aquel, teme al hombre que no tiene nada, porque no tiene nada que perder.
viernes, 31 de octubre de 2025
Capítulo 253: Vaya castaña
jueves, 30 de octubre de 2025
Capítulo 252: ¿Qué clase de persona soy?
Hay una frase que dice: "Los tiempos difíciles crean hombres fuertes; los hombres fuertes crean tiempos fáciles, los tiempos fáciles crean hombres débiles; y los hombres débiles crean tiempos difíciles". Yo soy un hombre débil, viviendo un tiempo fácil que yo mismo lo he transformado en difícil.
Me siento derrotado, abatido, superado por unas circunstancias que no he sabido controlar. Soy un hombre débil que llora como una mujer, lo que no supo defender como un hombre.
Mi felicidad sigue en torno a una quimera que ya solo existe en mi imaginación y en mis recuerdos. Como el mito de Sísifo, vuelvo al punto de partida con todo el peso de un tiempo pasado que siempre pensé que fue mejor.
Hoy, de nuevo, y más que nunca, entiendo a mi madre. Solo quiero dormir, solo quiero desaparecer de esta realidad, y que las historias que me rodeen sean de otros mundos que me hagan olvidar el presente. Ella escondía pastillas, pedía morfina, buscaba la medicación necesaria para intentar dormir el máximo número de tiempo, esperando que al despertar todo se hubiera solucionado. Porque en sueños todo era posible. Huir de la realidad era ese arma de doble filo que no le quedaba otra que empuñar: al dormir el cáncer era solo una enfermedad que no le había tocado a ella, pero al despertar le esperaba el jarro de agua fría que era recordar a la injusta química y a su obsceno azar.
No sé hasta qué punto ese martirio psicológico de no ver luz al final del túnel le hizo claudicar y resignarse a su destino. Entiendo el agotamiento mental de ese proceso, el de luchar contra una realidad que te niega lo que más deseas. Ver como la esperanza se desvanece y darte cuenta qué, solamente tú, no eres consciente de que no hay nada que hacer. Eso destroza a cualquier por dentro.
Mi motivación actual es cero, me siento si me despertara en aquel fatídico diciembre. Ninguno de mis planes, por muy bien que salgan, me motivan en absoluto. Es como haber encontrado el secreto de la felicidad eterna, pero no tener a nadie con quien compartirla. Cuando solo deseas una cosa en la vida y te la niegan, eso es como estar muerto en espíritu y alma.
Nunca me he arrepentido de las decisiones que tomé en el pasado, me pude equivocar, pero aprendí, acepté su precio y seguí adelante. Pero en este caso, por primera vez en la vida, si pudiera volver atrás, habría cerrado los ojos y pulsado el botón de apagar.
No sabes lo que me cuesta decir esto, verbalizarlo (qué ironía). Tengo que escribirlo aquí porque no tengo quien me pueda escuchar. Miento, sí tengo, pero una parte no lo entendería o preferiría no saberlo, y a la otra parte no la quiero cansar con el mismo cuento porque ya no saben qué decirme.
He pensado en esa respuesta que volvió a ponerme los pies sobre la tierra (más bien sobre mi infierno personal) y me he dado el plazo de tiempo de esas cuatro veces al año. Ya no puedo llevar todo esto encima, escribiendo por escribir, porque no escribo para la nada sino para que algún día se pueda saber que, lo que pudo parecerle un aleteo de mariposa, en el otro lado del mundo fue un terremoto devastador.
No hice caso a mi sabia amiga cuando me dijo que buscara todas las respuestas a mis preguntas, que por mucho que fuera a dolerme en aquel momento, cerraría un capítulo de mi vida. Al no hacerlo, mi vida se ha convertido en un camino sin pena ni gloria, que se viene abajo con un simple tecleo.
Cuando las heridas no se cierran, el mal se extiende por todo el cuerpo y los hombres débiles nos autocompadecemos en nuestro rincón mientras los hombres fuertes ocupan tu lugar.
¿Qué hubiera sido, si no te hubiera conocido, seguramente, no estaría sufriendo esto contigo, ni como amigo...
miércoles, 29 de octubre de 2025
Capítulo 251: Iba a ser...
Iba a ser este día cuando me vaciara y escribiera 20 poemas de amor y una canción desesperada. Iba a regalarte muchas cosas, todas valiosas para mí, para ti, tal vez, innecesarias.
Pero 9 palabras desangeladas han humedecido mis ojos y secado mi alma. No por esperado el vacío y la decepción es menos dolorosa.
Te iba a contar mil cosas que no podía decirte, recopiladas en todo este tiempo, salidas de lo más profundo de mi ser, cosechadas de todos los campos que he recorrido, tan solo para cubrirte de oro y estrellas.
Pero con la indiferencia has vuelto a hacer sangrar a un perro que ya estaba muerto, un saco de huesos y piel que seguía esperando en la puerta de tu casa. Yo soy como los animales, que no entienden de traiciones, de juegos perversos y desapego. Yo sigo mirando con los mismos ojos que el primer día, entristecidos por no entender por qué te has ido, sin mirar atrás.
Te he regalado 100.000 palabras de forma interrumpida, mi devoción y mi integridad absoluta. No debía ser amor del bueno el que tardó en olvidarla 19 y 500 noches, pero yo ya no puedo más.
No puedo seguir con esto, no puedo.
martes, 28 de octubre de 2025
Capítulo 250: We'll meet again (Vera Lynn)
We'll meet again (Nos volveremos a encontrar) es una famosa canción de la época de la Segunda Guerra Mundial, cantada por Vera Lynn y que se popularizó entre los soldados británicos que combatieron en las playas de Dunkerque. La canción, que se convirtió en un himno muy popular durante la guerra, tenía como propósito consolar a aquellas novias y familias que habían visto partir a algún ser querido al frente, y pretendía promover la esperanza entre todo ellos de que pronto se volverían a encontrar.
Era una canción optimista que impulsaba la fe de todo aquel que soportaba el terrible peso de la separación, buscando hacer más llevadera la incertidumbre del saber cuándo volverían a ver a sus hijos, hermanos, maridos o amantes, y reconfortando a los soldados ante el miedo de la guerra, convirtiéndose en un símbolo de resistencia para todos ellos.
Esta canción tiene un significado especial para mí, más en estos tiempos donde todo se ha venido abajo y atravieso por unos de los momentos más fatídicos y aciagos de mi vida. En días como hoy, donde la necesidad de sobrevivir anula lo trivial y lo superfluo, incluso ahora, he encontrado un hueco para ella.
Nos volveremos a encontrar, no sé dónde, no sé cuándo, pero sé que nos volveremos a encontrar de nuevo, en algún día soleado, de esos que tanto te gustaban y tanto, juntos, disfrutábamos.
Sigue sonriendo como tú siempre haces, como siempre hacías, transformando mis días más sombríos en dicha y felicidad, hasta inundar todo mi ser. Sigue sonriendo hasta que los cielos azules se lleven a las nubes oscuras bien lejos, y con ello, te traigan de vuelta.
Disfrutaré esta canción en silencio, bajo el azote de la tempestad, estoico y resignado, como todos aquellos soldados que soñaron hasta el último momento con que te volverían a ver. Por todos los que no volvieron, por todos los que fueron olvidados, por todos los que no lo consiguieron y murieron, siendo tú, lo último en quien pensar.
Tú sigues siendo mi ese último pensamiento, pero desde lo más profundo de la angosta trinchera donde estoy atrapado, sé que...
No sé cuando, no sé dónde, pero nos volveremos a vera