viernes, 21 de diciembre de 2012

Capítulo 124: It's the end of the world as we know it

Bueno chicos, esto se acaba. O eso dicen. Yo me lo creo. Bueno, yo es que me lo creo todo. Cuando Paco Rabanne decía que todo se acababa en 1999, yo compré una garrafa de 10 litros de agua, en lugar de una botella de litro y medio, por si acaso. No pasó nada pero mis riñones estuvieron dando palmas de alegría una semana.

Apenas quedan horas y yo plantando en mi silla (¿funcionará esto al estilo GMT y serán los australianos los primeros en irse a tomar por culo? a mi me vendría que llegara pasada la siesta para estar descansado, por si hay que correr, gritar, horrorizarse o algo).

No he aprovechado mucho las que son mis últimas horas de una vida, aunque, puestos a ser sinceros, tampoco a las anteriores les di una salida de esas que dejan huella. Toda la gente, a estas alturas, quiere hacer las mismas cosas: abrazar a sus parejas, hacer las paces con el mundo y Dios por si acaso, devorar cosas que engordan o ronchan, despedirse de conocidos, quedar en algún sitio por si hay otra vida, y follar, todo el mundo piensa en follar. Follar con temas pendientes, con aquel amor platánico, con esa desconocida que está tan buena (qué suerte que trajera el cloroformo oyes), con quien sea. Curioso ese instinto reproductor (ejem) justo antes del fin de la humanidad. Final feliz a lo conejillo loco y que nos quiten lo trincao.

Yo tengo muy claro lo que haré justo antes de que acabe el mundo. Subiré a un montaña, me sentaré en lo más alto y contemplaré plácidamente el espectáculo, como si fuera un cine con Megamegascope, mientras como chocolate, lentamente, dejando que se deshaga en mi boca mientras me desintegro al tiempo. Me imagino que sabré que se acaba cuando vea pasar, como trailer promocional, lo que ha sido la película de mi vida.

No hay mucho de que preocuparse, tan solo me queda la duda de cómo será ese gran final de fiesta. Curiosamente todo el mundo habla de la profecía maya sobre el Fin del Mundo, pero nadie ha explicado cómo acabará. Espero que los guionistas nos tengan preparado algo con muchas explosiones, luces, sonidos aterradores y todo eso que tanto gusta. Aunque quién sabe, viendo lo agotadas que están las ideas innovadoras en nuestra raza, igual resulta que todo ha sido el sueño de una familia de dinosaurios, a Los Serrano, y nos toca volver a vivir este rollo desde el principio.

La cuestión es que, si mañana acaba el mundo y al final solo somos como simples lemmings apollardaos que siguen a un lider con afición por los precipicios y los saltos al vacío, sería ahora un buen momento para apareciera un super héroe y nos salvara de esta. Sí, lo sé, empezaría por Nueva York o Los Angeles, típico y tardaríamos una pechá de tiempo en ser rescatados, pero qué le vamos a hacer, nadie dijo que los super héroes fueran super listos o super despiertos. Desde que algunos decidieron llevar los calzoncillos por fuera o eligieron como arma favorita un puto escudo, yo he perdido la esperanza. Y es que, si me tiene que salvar un tipo así, casi mejor me decanto por la reencarnación, prefiero ser un milisegundo de brillo de una estrella lejana o filonauer en Al-Epg XXV, que deberle algo a un tío de verde con una linternita gayer en la mano.

De todas formas, que se acabe el mundo no es algo tan trágico. Al final uno se acostumbra. A mí mismo se me ha acabado el mundo como media docenas de veces y aquí sigo. Se me acabó dos veces cuando lo dejé con unas novias, de mutuo acuerdo, de verdad de la buena, lo habíamos pactado, casi fue idea mía, bueno compartida (me dejaron ellas, mierda) y estoy seguro que el mundo dejó de girar durante mucho tiempo. También se me acabó cuando acabé las carreras, y os aseguro que no hay vida mejor que la del estudiante, sobretodo en aulas masificadas de tías. Se me acabó el mundo el día que me llamaron "señor" por primera vez, el día que descubrí que no existía el Ratoncito Perez, que no existe la justicia divina, que existe todavía menos el pelazo para siempre y cuando fui consciente que la expresión "para siempre" significa realmente "lo que tarde ella en cansarse/ solo un ratito". Es más, cada vez que como en un chino se me acaba el mundo un buen rato.

Y oye, he sobrevivido. No sin algunos daños colaterales pero por algo mi madre decidió elegir el Modo Hardcore Chungo cuando configuró el nivel de dificultad del videojuego de mi vida . De todas formas, estoy seguro que mañana acaba el mundo. Solo hay que mirar a nuestro alrededor y observar las señales:

-Gallardón pone tasas en Justicia pensando ya en el Juicio Final.
-A Mourihno, Wert e Intereconomía se les ha ido la pieza definitivamente.
-El planeta prefiere autodestruirse antes que volver oir cantar a los niños de San Ildefonso.
-Los adolescentes han convertido en Sodoma y Gomorra los institutos (esto no tengo muy claro si esto es cosa del Fin del Mundo o un hecho rutinario del que ni me enteré).
-Las tiendas de pakis y chinos cierran los festivos.
-España envía a "El Sueño de Morfeo" a Eurovisión.

Esto peta mañana seguro, clarísimo. Y si no lo hace será la clara demostración de que Dios no existe, porque si esto ocurre la Tierra se convertirá en un pandemonium de fuego y lágrimas.

Sea como sea, todo es cuestión de tomarse el trago con filosofía. Hay dos visiones del tema y cada uno eligirá la suya:

La positiva: El mundo no se acaba, por lo menos no más que ayer o antes de ayer. El tema de la profecía maya es más bien un tema de falta de recursos. Ellos nunca dijeron que el mundo se acababa el 21 de diciembre de 2012, tan solo es que el calendario que escribieron llegaba hasta ahí. Vamos, que el becario maya debió cansarse de pintar numéricos o se quedó sin espacio en la piedra sagrada y allí dejó de apuntar. Es como si a cada uno de nosotros nos diera por perder la cabeza y gritar "¡Apocalipsiiiiis!" cada vez que llegaramos a la última hoja de la agenda del año. Además, es una excusa más que perfecta para celebrar algo, que aquí somos muy de montar fiestas por chorradicas. Es más, estoy seguro que más de uno habrá pillado cacho con la excusa del "venga, si esto se acaba, ¿qué más te da?".

La negativa: Con la de cosas que quedaban por hacer, yo y mi santa manía de dejarlo todo para última hora. Y justo antes de Navidad, yo que este año tenía el pálpito de que me iba a tocar el gordo. Seguro la palmo desayunando, al atragantarme con una galleta campurriana, y me pierdo el verdadero final. Pero da igual, el mundo ya se acabó, solo que todavía deambulamos como zombies a la espera de petardazo final. Si lo mayas hubieran predicho los smartphones y el Whatsapp, hubieran adelantado el fin del mundo medio lustro. Acabarse el mundo un viernes, todo por joder el fin de semana, anda que si hubiera sido un miercoles, lo hubieran permitido en el gobierno.

Sea como sea, mañana cierran el chiringuito. Muchos irán a sus bunkers esperando sobrevivir al armageddon, otros seguirán con sus vidas intentando que la crisis no acabe con ellos antes que los mayas y muchos otros se tomarán la última copa hasta que lo sea o pierdan la cuenta y les importe todo dos cojones. La cuestión es que como estamos sujetos a la entropía humana y a su irremediable devenir, mañana será el fin del mundo para muchas personas y un mundo nuevo para el resto, con lo que, en este punto, y por si acaso nos cortan la luz, decidme en que os vais a reencarnar y si eso quedamos, que renacer con viejos amigos motiva más.

Es el fin del mundo tal y como lo conocemos (y me siento bien).



Frase del día: "Mañana se acaba el mundo, pero yo también quiero pegar mi último coletazo" (Al- Iluso Nivel 90)
-Mary Budy, why not?

sábado, 15 de diciembre de 2012

Capítulo 122: Vivir con ello

Después de todo este tiempo en silencio y manteniendo en privado el tema, hoy tengo la necesidad de hablar sobre algo que está marcando mi vida. Mañana día 16 se celebra La Marató de TV3, dedicada al cancer, bajo el lema "La mort hauría de ser el final de la vida. El càncer no", y esto me ha hecho reflexionar sobre el tema y aportar mi granito de arena en forma experiencia personal.

Lo que voy a explicar está narrado desde un punto de vista personal e intransferible, lo que estoy viendo y viviendo al compartir techo con una persona con esta enfermedad. No pretendo dar lecciones ni consejos, y es posible que mucha gente vea en mi actitud un gesto victimista o reprochable, pero solo quiero aportar una visión de cómo se vive esto en tercera persona, con la esperanza de que algo de lo que explique pueda ayudar o hacer sentir más comprendido a quien esté en mi misma situación.

De un tiempo a estar parte existía esa curiosa barrera invisible que convertía esta enfermedad en un tabú, una costumbre de mirar a otro lado como intentando obviar su existencia a nuestro alrededor, para que así, al ignorarlo, pasara de largo y jamás nos afectara. Pero no ha sido así. Primero mi abuelo, tan rápido que apenas fue un suspiro, y ahora ha cogido a mi madre.

He aprendido muchas cosas sobre el cancer y sobre nosotros mismos como personas. La primera que es un mal que está pero no lo parece. Es una enfermedad que no es como las demás, porque quien la sufre está "aparentemente" bien. Es chocante su aceptación porque la sensación de estar bien está muy presente pero tener que asumir que no es así crea una shock emocional que dificulta la aceptación de la realidad. La frase "pero si yo estoy bien" la he oído más veces de las que hubiera deseado.

También he aprendido que es muy difícil hablar de ella cuando no la vives directamente. Estando en la sala de quimioterapia te das cuenta que no puede intervenir en ninguna conversación sin parecer un necio o un ignorante. El silencio es tu único aliado porque nada de lo que digas se acercará a lo que puedan estar viviendo esas personas. Cada una de ellas tiene su propia historia personal, sus propias vivencias, y solo ellas tienen la capacidad moral de explicar qué es duro y qué no.

También he ido descubriendo que en el mejor peor de los casos es un proceso es muy largo e ingrato. Como dice mi madre, es una enfermedad tan larga que al final la gente se cansa de estar pendiente y se olvidan que uno está tan malo el primer como el último día. Son muchos los que acuden a la llamada inicial, pero pocos los que mantienen la constancia. Y sí, también hablo de la propia familia. Cada uno tiene sus motivos y su propia idiosincrasia que justifica su forma de actuar, pero al fin y al cabo siguen el dictado de su moral. No es un reproche, que conste, soy consciente de lo difícil que es mantener la tensión afectiva. Solo las personas que lo viven día a día lo entenderán lo suficiente.

Aún así, yo mismo he tenido que construirme mi propia "fortaleza" para desconectar de tanto en tanto, porque si no me volvería loco. Yo también tengo mis propias circunstancias, y en este caso tengo que apechugar con ellas. Que nadie se confunda, no valoro la situación de mi madre como algo a "apechugar", hablo de mi situación personal estrictamente, sobre todo la laboral y la sentimental. A estas alturas valoro más que nunca lo que significa tener un trabajo para desconectar y una pareja con la que compartir la carga. De todas formas, yo tengo la ventaja de estar a su lado y poder verla, besarla, animarla, estar presente si me necesita. El precio que pago en forma de desgaste y cabeza de turco es más que asumible, así que respiro hondo, cojo fuerzas y sigo adelante.

Podría decir que uno se acostumbra a este tipo de vida, pero no es así, ya que tener a un ser querido en una situación así te hace valorar todas y cada una de las decisiones que tomas y su importancia relativa respeto al resto de las cosas. Yo mismo he notado un cambio en mí. Me he vuelto más realista y básico en cuanto a necesidades materiales y a su vez más indolente y distante en cuanto a necesidades emocionales. O te amurrallas o te derrumbas. No es que me guste pero era la única forma de mantener la cordura.

Esto enlaza con otra de las cosas que he aprendido. El cancer destruye no solo la carne, sino también a la persona por dentro. Ya no hablo de la medicación, que es la verdadera bomba para el cuerpo, sino también a nivel psicológico. Negativismo, mal humor, falta de memoria, egoísmo. Y esto también afecta al entorno más cercano. Se dicen cosas muy duras, se oyen cosas muy injustas, y en mi caso, ya sé no voy a salir bien parado de todo esto. No voy a explicar mi relación familiar pero todos aquellos que hayáis pasado por esto entenderéis lo ingrato que es estar en la primera linea y ser la carne de cañón. No hace falta decir que, como en toda guerra, cuando llegan los refuerzos puntuales, son los que se llevan la ovación y las medallas. Por ello hay que estar preparado, y aunque he flaqueado muchas veces porque es muy difícil aguantar el chaparrón sin rechistar, al final uno acaba curtido y perdonándolo todo, aunque no olvidando.

Es imposible ser un buen hijo en estos casos, es muy complicado saber qué posición te toca cuando hay un marido de por medio que quiere abarcarlo todo, es desalentador intentar hacerte escuchar cuando todo lo que puedas decir no es más importante que lo que sucede, es triste querer estar y no poder. Pero esto es la lucha encubierta que plantea el cancer, porque es una enfermedad que padece una persona pero sufren muchas.

Me gustaría poder decir que lo hice bien en este año largo que llevamos de guerra, que esto nos ha unido más, que las fuerzas no se acaban, que la moral sigue intacta y que todos somos un poco más sabios que tiempo atrás, pero no es así. Pero que nadie se sienta mal si no consigue todo lo que esperaba, esto no es un juego ni un ejercicio de refuerzo y unión de lazos familiares, esto es una enfermedad muy puta ante la que no hay que rendirse, y si la persona que sufre el tormento, las inyecciones de veneno y la duda del no saber si saldrá de esta con vida consigue seguir adelante, el resto estamos éticamente obligados a hacer lo mismo.

Este post es un canto a la esperanza, un poner los pies en el suelo y una forma de plantarle cara a la adversidad. Compartir pensamientos y experiencias fortalece, saber que esto será una anécdota dentro de unos años, más. Mucho ánimo a quién esté pasando por esto, la luz llegará allá donde ahora solo hay sombras.


Frase del día: "Oh, I get by with a little help from my friends" (The Beatles)
-Gracias Lau por tu apoyo incondicional, gracias Laura por ser pata de mesa y por ser tan atenta y paciente conmigo, te debo muchas cosas. Gracias Marieta por estar siempre y por la silla que pusiste por mi en tu cumpleaños. Gracias a esas personas que están y preguntan siempre por mi madre y por mí, no sabéis lo que lo agradezco. Y gracias mi pequeña Kpru por ser la tabla donde apoyarme tantos años y por, lamentablemente, luchar a la vez, junto a mí, en tu guerra personal. Vamos a llegar de patchwork colorido todos aquellos agujeros negros que nos aparezcan. Mil gracias y luego mil más, my friends.

martes, 4 de diciembre de 2012

Capítulo 121: La espina

12:45 pm

Hoy es el día, ¿verdad? Sí, creo que sí. ¿No estás seguro? Después de 10 años ya no estoy seguro de nada, todo está como muy difuminado, es posible que confunda fechas y recuerdos. Pero sí, es hoy, lo notamos. ... ¿Estás nervioso? No sé si nervioso es la palabra, pero después de tanto tiempo sin tener una posibilidad de contacto, estoy algo inquieto. Ya, has vuelto a recrear lo que puede pasar y has pensado que ahora ya no será así. No me gusta que estés dentro de mí. No estoy dentro de ti, soy tú, tu derrota es mi derrota. ¿Ya lo ves como una derrota? No, pero yo de ti no me haría muchas ilusiones. Poner la venda antes de la herida, ¿crees que funcionará? ¿El qué exactamente? No sé, todo. No, tiene pinta de que vaya salir bien, ya has visto su actitud todo este tiempo. Incluso poniéndonos en lo mejor te sabrá a poco. Piensas que no sabe quien eres y tú esperas que acabe diciendo aquello que ti dijo hace unos años, el tomar un café, pero a su vez temes que también cierre el último camino. Pase lo que pase reabrirá la herida. No va a ser fácil. Lo sé. Lo siento mucho. Yo no, lo único que me sabe mal es no encontrar el punto de libro que me hizo. Lo he buscado sin parar, quería que fuera lo primero que viera. Eres un sentimental con muchos pájaros en la cabeza. No puedo evitarlo. ¿A qué hora lo harás? A las 4 y 12 de la tarde. Eres un puto loco. Sí, eso también lo sé, estoy hablando contigo. Suerte. La tendré.

4:12 pm

¿Serrat y Nickelback? Sí. Hoy puede ser un gran día y How you remind me, dos premociones que se enfrentan. No te tengo que contar a ti lo que significa, lo sabes, sobre todo la segunda. Sí, hacía tiempo que no la escuchaba. Como pasa el tiempo, quién lo diría. ¿Crees que con tanto simbolismo cambiará un destino escrito? Si no cambia él, cambiaré yo, hago todo lo que está en mi mano. Hoy nadaste más y más fuerte y no te cansaste, te veo tranquilo, igual estás madurando, algo es algo. Lo dudo. ¿Ya está enviado? Sí. Con lo que te pavoneas mentalmente de lo bien que escribes, ¿eso era lo mejor que podías decirle? Cállate. Está bien, ¿ha habido respuesta? No, no lo ha visto todavía. Entonces, ¿qué hacemos? Lo de siempre, seguir viviendo. ¿Incendios de nieve? Venga, incendios de nieve y calor.

7:55 pm

Te veo apagado, ¿llovió? No solo ha llovido, ha caído el diluvio universal. No ha quedado nada. ¿Qué ha pasado? Yo quería olvidar una parte dolorosa de mi pasado sacándome la espina que tanto me dolía. Y no solo no ha sucedido eso sino que han caído rayos y truenos y he perdido todo. ¿Todo? Sí, ella leyó el mensaje y no respondió. Le insistí y no respondió. Y por su fuera poco, el baúl de mis recuerdos, el lugar donde guardaba todo lo que he vivido y creado hasta el día de hoy ha dejado de funcionar. Lo he perdido absolutamente todo. Hay que tener cuidado con lo que se desea. No es justo, me siento vacío. Es como si se hubiera quemado todo en un incendio. Diciendo esto alguien podría pensar que lo habías planeado todo, encaja como si supieras lo que iba a pasar. Mierda de día, no me queda nada, ni fotos, ni mi trabajo, ni mis pequeños secretos. No es justo. No es justo. Injusta química, injusto azar y mierda de blog.

2:32 am

¿Cómo lo ves? Muy complicado, imposible. Por lo que he leído es casi improbable recuperar algo en discos más pequeños, ya no te cuento en una iomega dañada como la mía. Te he visto hacer repaso mental de lo que puede ser prescindible. Creo que no eres ni medianamente consciente de lo que perdiste. No quiero pensar en eso, es como si no hubiera existido 6 años atrás. Entonces no te queda más que empezar de cero, igual es lo que necesitas. Eres lo que tienes, no lo que vales, y ahora no tengo nada. Una carrera ha desaparecido entera. No dije que fuera a ser fácil. ¿Y lo otro? Era de esperar, no me sorprende, es más un mito que una realidad, existe gente así. Pero no lo entiendes. No, debería sentirse halagada. Quizás la gran perdida de hoy haga menguar esta decepción, no hay mal que por bien no venga. Estoy muy perdido. Ganásteis, sois de primera y estuviste a la altura, y no te han dejado solo. Siempre nos volvemos a levantar. Tal vez, tengo mil ideas para salir de esta. Hoy puede ser un gran día. Y mañana también.