martes, 13 de agosto de 2024

Capítulo 237: Una mirada a las estrellas

Hasta el año viene, viajeras infinitas. Quien sabe qué pasará el próximo año, quien sabe que será de nosotros, que será lo que el destino nos deparará. Hoy estás aquí y de repente mañana cambia todo, sin condescendencia ni ternura ni piedad. En la vida nada es permanente, lo que hoy tienes mañana puede que no esté, por eso vivir el presente es un ejercicio obligatorio, aferrarse a lo que tienes una simple banalidad. 

Lo único seguro es que el año que viene ellas seguirán brillando en el cielo, consumiéndose para nuestro gusto y deleite, y lo seguirán haciendo año tras año y durante millones de años más después de que hayamos desaparecido de la faz de la Tierra. Nosotros somos sus verdaderos astros fugaces que se convierten en polvo ante sus ojos, parpadeos insignificantes perdidos en una inescrutable oscuridad. Seres efímeros con historias intranscendentes y fútiles condenados a la indiferencia de un Universo que no nos devuelve la mirada.

Pero dentro de esa intranscendencia incontestable me queda el consuelo de que, aunque muy lejos y con todos los lazos rotos, y sabiendo que ya no compartimos los mismos abrazos, esta noche, al mirar al cielo, sí hayamos compartido las mismas estrellas en la más profunda y hermosa inmensidad.



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