sábado, 15 de diciembre de 2012

Capítulo 122: Vivir con ello

Después de todo este tiempo en silencio y manteniendo en privado el tema, hoy tengo la necesidad de hablar sobre algo que está marcando mi vida. Mañana día 16 se celebra La Marató de TV3, dedicada al cancer, bajo el lema "La mort hauría de ser el final de la vida. El càncer no", y esto me ha hecho reflexionar sobre el tema y aportar mi granito de arena en forma experiencia personal.

Lo que voy a explicar está narrado desde un punto de vista personal e intransferible, lo que estoy viendo y viviendo al compartir techo con una persona con esta enfermedad. No pretendo dar lecciones ni consejos, y es posible que mucha gente vea en mi actitud un gesto victimista o reprochable, pero solo quiero aportar una visión de cómo se vive esto en tercera persona, con la esperanza de que algo de lo que explique pueda ayudar o hacer sentir más comprendido a quien esté en mi misma situación.

De un tiempo a estar parte existía esa curiosa barrera invisible que convertía esta enfermedad en un tabú, una costumbre de mirar a otro lado como intentando obviar su existencia a nuestro alrededor, para que así, al ignorarlo, pasara de largo y jamás nos afectara. Pero no ha sido así. Primero mi abuelo, tan rápido que apenas fue un suspiro, y ahora ha cogido a mi madre.

He aprendido muchas cosas sobre el cancer y sobre nosotros mismos como personas. La primera que es un mal que está pero no lo parece. Es una enfermedad que no es como las demás, porque quien la sufre está "aparentemente" bien. Es chocante su aceptación porque la sensación de estar bien está muy presente pero tener que asumir que no es así crea una shock emocional que dificulta la aceptación de la realidad. La frase "pero si yo estoy bien" la he oído más veces de las que hubiera deseado.

También he aprendido que es muy difícil hablar de ella cuando no la vives directamente. Estando en la sala de quimioterapia te das cuenta que no puede intervenir en ninguna conversación sin parecer un necio o un ignorante. El silencio es tu único aliado porque nada de lo que digas se acercará a lo que puedan estar viviendo esas personas. Cada una de ellas tiene su propia historia personal, sus propias vivencias, y solo ellas tienen la capacidad moral de explicar qué es duro y qué no.

También he ido descubriendo que en el mejor peor de los casos es un proceso es muy largo e ingrato. Como dice mi madre, es una enfermedad tan larga que al final la gente se cansa de estar pendiente y se olvidan que uno está tan malo el primer como el último día. Son muchos los que acuden a la llamada inicial, pero pocos los que mantienen la constancia. Y sí, también hablo de la propia familia. Cada uno tiene sus motivos y su propia idiosincrasia que justifica su forma de actuar, pero al fin y al cabo siguen el dictado de su moral. No es un reproche, que conste, soy consciente de lo difícil que es mantener la tensión afectiva. Solo las personas que lo viven día a día lo entenderán lo suficiente.

Aún así, yo mismo he tenido que construirme mi propia "fortaleza" para desconectar de tanto en tanto, porque si no me volvería loco. Yo también tengo mis propias circunstancias, y en este caso tengo que apechugar con ellas. Que nadie se confunda, no valoro la situación de mi madre como algo a "apechugar", hablo de mi situación personal estrictamente, sobre todo la laboral y la sentimental. A estas alturas valoro más que nunca lo que significa tener un trabajo para desconectar y una pareja con la que compartir la carga. De todas formas, yo tengo la ventaja de estar a su lado y poder verla, besarla, animarla, estar presente si me necesita. El precio que pago en forma de desgaste y cabeza de turco es más que asumible, así que respiro hondo, cojo fuerzas y sigo adelante.

Podría decir que uno se acostumbra a este tipo de vida, pero no es así, ya que tener a un ser querido en una situación así te hace valorar todas y cada una de las decisiones que tomas y su importancia relativa respeto al resto de las cosas. Yo mismo he notado un cambio en mí. Me he vuelto más realista y básico en cuanto a necesidades materiales y a su vez más indolente y distante en cuanto a necesidades emocionales. O te amurrallas o te derrumbas. No es que me guste pero era la única forma de mantener la cordura.

Esto enlaza con otra de las cosas que he aprendido. El cancer destruye no solo la carne, sino también a la persona por dentro. Ya no hablo de la medicación, que es la verdadera bomba para el cuerpo, sino también a nivel psicológico. Negativismo, mal humor, falta de memoria, egoísmo. Y esto también afecta al entorno más cercano. Se dicen cosas muy duras, se oyen cosas muy injustas, y en mi caso, ya sé no voy a salir bien parado de todo esto. No voy a explicar mi relación familiar pero todos aquellos que hayáis pasado por esto entenderéis lo ingrato que es estar en la primera linea y ser la carne de cañón. No hace falta decir que, como en toda guerra, cuando llegan los refuerzos puntuales, son los que se llevan la ovación y las medallas. Por ello hay que estar preparado, y aunque he flaqueado muchas veces porque es muy difícil aguantar el chaparrón sin rechistar, al final uno acaba curtido y perdonándolo todo, aunque no olvidando.

Es imposible ser un buen hijo en estos casos, es muy complicado saber qué posición te toca cuando hay un marido de por medio que quiere abarcarlo todo, es desalentador intentar hacerte escuchar cuando todo lo que puedas decir no es más importante que lo que sucede, es triste querer estar y no poder. Pero esto es la lucha encubierta que plantea el cancer, porque es una enfermedad que padece una persona pero sufren muchas.

Me gustaría poder decir que lo hice bien en este año largo que llevamos de guerra, que esto nos ha unido más, que las fuerzas no se acaban, que la moral sigue intacta y que todos somos un poco más sabios que tiempo atrás, pero no es así. Pero que nadie se sienta mal si no consigue todo lo que esperaba, esto no es un juego ni un ejercicio de refuerzo y unión de lazos familiares, esto es una enfermedad muy puta ante la que no hay que rendirse, y si la persona que sufre el tormento, las inyecciones de veneno y la duda del no saber si saldrá de esta con vida consigue seguir adelante, el resto estamos éticamente obligados a hacer lo mismo.

Este post es un canto a la esperanza, un poner los pies en el suelo y una forma de plantarle cara a la adversidad. Compartir pensamientos y experiencias fortalece, saber que esto será una anécdota dentro de unos años, más. Mucho ánimo a quién esté pasando por esto, la luz llegará allá donde ahora solo hay sombras.


Frase del día: "Oh, I get by with a little help from my friends" (The Beatles)
-Gracias Lau por tu apoyo incondicional, gracias Laura por ser pata de mesa y por ser tan atenta y paciente conmigo, te debo muchas cosas. Gracias Marieta por estar siempre y por la silla que pusiste por mi en tu cumpleaños. Gracias a esas personas que están y preguntan siempre por mi madre y por mí, no sabéis lo que lo agradezco. Y gracias mi pequeña Kpru por ser la tabla donde apoyarme tantos años y por, lamentablemente, luchar a la vez, junto a mí, en tu guerra personal. Vamos a llegar de patchwork colorido todos aquellos agujeros negros que nos aparezcan. Mil gracias y luego mil más, my friends.

7 comentarios:

  1. Siempre habrá una silla en mi mesa preparada para ti, you know. Mil besos, repartelos como quieras.

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  2. Mi hombro y mi apoyo lo tienes y lo sabes , todo mi amor y afecto para ti y tu ama , cuando quieras , a la hora sea estaré, no dudes en llamarme siempre q necesites desahogarte, cuenta conmigo :) animo!!

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  3. Cubriremos el mundo de fieltro de colores!
    Lucharemos hasta que salgamos de esto y de todo lo que venga. Te quiero mucho!

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  4. Yo aprendí que, dijera lo que dijera, nunca iba a acertar con lo que la otra persona necesita escuchar. Es muy difícil. Un beso.

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  5. te quiero, lo demás sobra :-) bonico!

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  6. Flipo con las diferentes realidades que tenemos tú y ella y el otro y yo misma, por supuesto. No voy a entrar en quién tiene más razón o menos y en qué punto, aunque hayan cosas que he leído que creo que no son ciertas, otras que son ciertas cien por cien y más allá y otras que te has dejado por contar, imagino que por feas, pero bueno.
    Lo que sí entiendo es que, por ello, por esa visión y esa forma de entender la vida de cada uno de nosotros, tan distinta, estamos condenados. Por mucho que todos la queramos ciertamente y compartamos la esperaza de que, al final, todo saldrá bien, que eso está fenomenal, desde luego.

    Eso sí, me alegra que tengas gente, esas niñas de las frases del día, que te quieran tanto y que estén ahí... gracias guapas.

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  7. Muchas gracias por el apoyo, gracias por cada uno de los comentarios, los escritos y los que me llegaron de forma privada. El placer es mí por contar con gente así, incluso cuando menos me lo merezco, incluso cuando seguir a mi lado es casi un acto de fe en sí. En los malos momentos uno descubre quién es la gente a la que uno jamás renunciará.
    Y respecto al último comentario, sí, corregiré el post, a veces no me entero ni en el mundo en el que vivo. A ver si graduo mis gafas, todo es cuestión de mala óptica. Injusta química, obsceno azar.

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