lunes, 14 de febrero de 2011

Capítulo 43: San Calcetín

¡Feliz San Calcetín, almas con mono de dar y recibir cariño a paladas! Sí, sí, San Calcentín, porque el día internacional del amor cuantificable no deja de ser eso, un calcetín de felpa, irreversible y de variados colores.

O por lo menos eso me vendieron a mí. Y es que el amor calcetinea. Porque apesta si no se lava de vez en cuando, se agujerea de mucho usarlo, pero te calienta los pies cuando los tienes fríos.

A veces se hace un bola cuando no se usa, y olvidado en el rincón oscuro de un cajón pierde su sentido. Porque el amor por dentro calienta, y por fuera desalienta, sobre todo cuando se lleva puesto solo para tener sexo. Porque de calcetines siempre has tenido un par favorito, un primero, porque cuando eras pequeño adorabas los que te ponía tu madre con todo su cariño, calentitos, tiernos y con un olor a hogar que te hacía sentir el rey del mundo.

Y es que el amor, como con los calcetines, no se entiende de colores, formas y procedencia. Cada uno tiene su prototipo ideal, y aunque puedas encajar con casi todos, son muy pocos con los te hacen sentir realmente bien.

No hay más emoción que el día que descubres tu nueva pareja, en que experimentas su tacto, y como con el tiempo, cada vez encaja mejor contigo, hasta que no deseas caminar sin ellos.

Pero el amor se vuelve un asco cuando te quedas suelto, cuando los agujeros lo dejan hecho un queso de gruyere, cuando te das cuenta que los remiendos no arreglan lo que fue en un pasado, cuando ya no queda más tela que cortar.

Sí, se puede gastar, se puede perder, porque, en la funda de los pinreles del amor, todo es cosa de dos. No guardéis nunca calcetines por temor a que se rompan, porque guardados se deforman, se olvidan. Haced como la gente sabia, ¡regalad calcetines!

Siempre me ha gustado ir descalzo por la vida, me ha gustado sentir la libertad en mis pies, pero los calcetines calientan mi cuerpo, alientan mi ser. No es cuestión de tener que llevarlos, ni siquiera de querer, es mucho más simple que todo eso, es saber ver cuando el destino pone ante tí ese calcetín que te hace sentir la calided de su presencia sin que te sientas encerrado en él. Eso es puro calcetín, 100% amor sin bolas.

Si Cupido aparece hoy en vuestra vida, no solo vigiléis vuestro pecho, porque en el libre albedrio de su labor, igual os ha saeteado el corazón... de vuestro pie derecho.


Frase del día: " Si algún perdéis el amor, no busquéis en la lavadora, nunca está allí." (Al-love È vero)

-Se que estás allí, en algún lugar, mirando la misma luna que miro yo...



2 comentarios:

  1. Mucha suerte en tu búsqueda del calcetín perfecto. Me ha encantado esta entrada: preciosa forma de explicar algo tan complejo. Voy a leerlo todo otra vez ^^


    Porcier, yo hace mucho que no uso calcetines... soy troll, colegah.

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  2. Coincido con Bea, qué bonito te ha quedado, joer. Aunque yo tampoco use calcetines ;)

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