viernes, 21 de mayo de 2010

Capítulo 28: Bacterias sin teticas

¡La pucha! Como decía Mafalda. Bacterias artificiales. No tenemos suficiente con las hay de serie, que ahora encima pre-fabricamos nuevas como si de un Ikea biológico se tratara.
El señor Graig Venter (pa España Pepe), uno de los científicos que más contribuyó a la elaboración del mapa del genoma humano, le ha dado ahora por ser mamá, como si de un Pedro Almodovar & Macnamara de la movida se tratara. Su criatura: la primera bacteria sintética.

¿Qué ha hecho? Sintetizar cromosomas enteros dando lugar a un sencillo genoma artificial, luego este código sintético se introduce en un célula recipiente de otra bacteria parecida, Mycoplasma capricolum, que previamente ha sido desprovista de su ADN. En apenas unos segundos, el nuevo genoma se adueña de la bacteria y desaparece la huella de la antigua y, finalmente, de todo ello, surge una célula viable.

Para los que no os habéis quedado con la copla: se cogen dos bacterias frescas que se vean majotas y se conecta, una de ellas, por el puerto usb que obviamente llevan todas las bacterias en su parte trasera. Mientras, se fabrica una especie de diskette virgen, se mete en el ordenador, se dibuja un nuevo genoma con el Adobe Genoshop CS5 o el Paint si nos se dispone de nada mejor. Se hace un copy/paste de las entrañas de la bacteria conectada y se añade como capa alfa al archivo “mi pequeñogen01.psd”. Se le aplica algún filtro molón, se rasteriza, se le pone sombra exterior que eso siempre le da un toque pro, un par de reflejos para que parezca nueva y grabar. Se reinstala el archivo en otra bacteria previamente formateada, botón derecho, opciones, fondos de pantalla, seleccionar, guardar y listos. Ya tienes bacteria sintetizada 2.0, siempre a tope.

El descubrimiento, o como dirían los científicos con más criterio, este hito tecnológico, me plantea varias cuestiones que, sin quitarme el sueño, me dan picores de cabeza pero por dentro. La primera es que opinaría Mary Shelly después de que ella pensara lo mismo pero a lo grande. Una bacteria, vale, no está mal, pero donde se ponga un tío de dos metros con una afición desmedida por recolectar margaritas, chicos, no hay color.

No, en serio, ¿estamos empezando excedernos con esto de jugar con las bases y secretos de la naturaleza? Somos estúpidos si creemos que todo esto lo controlamos nosotros, estúpidos e infinitamente ególatras si pensamos que nuestra inteligencia está a la altura de nuestros actos. Algo tan complejo como crear o modificar el mapa genético de un sistema vivo, aunque sea el de una bacteria, y por muy simple que sea en comparación por ejemplo con el de los mamíferos, es cerrar los ojos al millón de variables que no controlamos y a la cantidad de efectos secundarios que no somos capaces ni de imaginar. Michael Crichton en su “Jurasic Park” ya predice el “como la naturaleza se abre paso” ante los inventos con gaseosa de una humanidad endiosada. Este gran sistema vivo interconectado encuentra siempre nuevos caminos y soluciones para seguir adelante con su curso, sin importarle consecuencias, las bajas o la desaparición de pequeños microsistemas, siendo todos prescindibles.


Recordemos que de la evolución de una bacteria aparecieron el resto de las especies. Evolución, mutación y tiempo son tres factores que pueden transformar un ser minúsculo en un ser tan aterrador como un Tyranosaurius Rex… o algo peor, un humano del siglo XXI.

Mi segunda reflexión a todo este tema es la coletilla que algunos diarios has puesto a la noticia:


“[…] El experimento podría tener aplicaciones energéticas y medioambientales […]".


Claro, claro, ¡la gallina!. En lugar de eso, ¿no habrán querido decir “gastamos nuestras energía en aplicaciones mediomilitares, por no decir militares del todo”?. No me vendan la película que la de “Dos tontos muy tontos” ya la he visto y no salgo yo de protagonista. La ciencia lleva ya muchos años tras los mecanismos y materiales que muchos seres vivos generan para protegerse, adaptarse al entorno o simplemente para reproducirse con mayor éxito. Un ejemplo muy significativo: la tela de araña. Un material de cualidades sorprendentes, muy codiciado por su compleja composición y sus posibles aplicaciones en el mundo actual. Dicen que su resistencia es tal que, una tela de araña del grosor de un lápiz normal, podría parar sin llegar a romperse, a un Boing 747 en pleno vuelo. Curiosamente, la primera aplicación que se buscó para este material fue la de desarrollar chaleco antibalas, ya que su efectividad no tiene ni comparación con el Kevlar, material del que sea hacen actualmente. Por suerte ( o desgracia ) todavía no han conseguido sintetizar con éxito la molécula que compone la fibra de tela de araña, y la resistencia de la actual deja mucho que desear. Try again. Insert MORE coins.


Mi última reflexión: ¿por qué una bacteria? Respuesta: porque el gachón este se las sabe todas. Una bacteria, algo pequeñito (uo uo uooooo), tan pequeño que, quién se va a molestar en asegurarse si es nueva de fábrica o sólo está ligeramente tuneada.

Además, ¿cómo sabes si esa bacteria va a hacer lo que le has mandado o no? Esto es como hacer un caracol sintético y decir que los has reprogramado para que sea un 35% más cariñoso, o con una facilidad innata a aprender a distinguir hojas de lechuga iceberg, romana o lollo rossa con los cuernos metidos. Vamos señores de la Comunidad Científica, que todos sabemos que los caracoles son babosos de por sí, con lo que no están lejos de una clase de cariño pasteloso que a todos nos suena, y si les pones una hoja de lechuga delante se vuelven ciegos, pero del gusto.
Clonar es una cosa, fabricar algo completamente nuevo es otra. Por ello, en el fondo agradezco que si el invento se vuelve loco, el objeto de todos los males haya sido una bacteria, que por lo menos los mordiscos que pegan son menores, aunque cuando empiece a transformarme en una mezcla de grenlim y un na’vi igual me replanteo mi actual no-preocupación.

De todas formas, todo este miedo, todo este debate que se reabre como si estuviéramos frente a nuestro armageddon personal, este pánico inducido ante la cuestionable moral de jugar a ser pequeños dioses sin valorar sus consecuencias, este temor a que finalmente un Skynet biológico se vuelva contra nosotros a lo Guerra de los Mundos, es estéril del todo porque lo más probable es que NO PASE NADA. Nada de nada, niente, нищо, ezer, ekkert, nothing, không… vamos, nasti de plasti.

Lo siento, nuestras vidas seguirán igual, amenazadas por lo de siempre, pequeños demonios tan cotidianos que apenas somos ya conscientes de ellos, y que ni nos pican, duelen o joden, como puede hacerlo la idea de una nueva amenaza de diseño.

Eso sí, cuando alguien pregunte en un exámen: “¿las manzanas cómo se acuestan para tener manzanas?” ya no sólo será valida la opción a) Espirituarmente claro ( una camisa de esas que se atan por detrás para la visionaria que hizo la pregunta)” sino que también valdrá “c) Por el método Venter, gracias a la nueva Golden Insiminator Appel, y su minga genética retráctil”. Verlo para creerlo.



Frase del día: “…pues no, no estoy nerviosa”. (Valle horas antes de su “sí quiero”)
-Felicidades pequeña, que seas muy feliz. Y gracias por todo, eternamente agradecido.

3 comentarios:

  1. Ya podrían invertir tiempo, dinero y ganas en erradicar enfermedades terminales.

    Besetes, Al.

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  2. Viendo la manada de políticos mutantes que nos rodea creo que los experimentos comenzaron hace ya bastantes años.

    Saludos

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  3. Besico a Valle de mi parteeeeeeeeeeeeee!!!!!!!

    Jo, que me parece maja, a mí, esa chica. Ains.

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