martes, 8 de diciembre de 2009

Capítulo 4: La Zona Gris

Llevo varios días pensando en el tema y curiosamente hoy me he topado con este artículo de El País On-line. Tenía un título llamativo, "A las 4 me van a fusilar". Su lectura ha reactivado esa bestia durmiente que me acecha desde hace años. Como afrontar la muerte.

El artículo, interesante como pocos, recoge lo que son fragmentos de cartas escritas por resistentes franceses condenados a la pena capital durante la Segunda Guerra Mundial. En esas cartas narran sus sensaciones y escriben mensajes a sus seres queridos ante una muerte inminente, dejando ver, de una forma cruda y conmovedora, que siente un ser humano cuando está a punto de morir.

Dos cosas me han llamado la atención de todos los escritos recogidos: la primera es la generosidad humana de los condenados respecto a los suyos. En un mundo que todos definimos como egoista y individualista es alentador ver como los sentenciados lanzan mensajes de valor hacia sus familiares y seres queridos en ese intento de tranquilizarlos y evitarles el dolor que les va a causar su perdida. ¿Somos realmente capaces de afrontar la muerte de una forma tan solidaría y valiente, venciendo miedos y dejándonos llevar de forma resignada y tan generosa ante nuestro destino? A uno se le pone la piel de gallina ante una reacción tan altruista e inseperada, más aún si cabe, conociendo nuestra esencia destructiva y acaparadora innata en los seres humanos.

La segunda cosa que me llama la atención es el carácter de la notas escritas. Temor, resignación, desconsuelo, fe, venganza, amor, e incluso un positivismo práctico ante ese momento final. Pero nadie sonrie a la muerte. Nadie osa ironizar o hacer burla de ella. Desde la distancia y debido a la ignorancia de su llegada nos es más fácil obviarla, combatirla, retarla con cierta superioridad y sarcasmo, pero finalmente el sentimiento humano que aflora al estar cara a cara ante ella nos anula y desarma.

Debido a mi fascinación y estudio de ciertos conflictos históricos me he planteado en muchas ocasiones en como el mundo ha afrontado la muerte. Días atrás, revisionando la película "La Zona Gris",intenté comprender y ponerme en la piel de aquellos que vivían con las horas contadas. Cargamentos de miles de judios en trenes entrando ordenadamente en las cámaras de gas como si de un rebaño de inofensivos corderos se tratara. Algunos llantos, deseperación, resignación en general. ¿Por qué nunca lucharon y ofrecieron resistencia hasta el fin de las consecuencias conocedores de un destino tan trágico? Es difícil entender, a día de hoy, ese comportamiento ya que gozamos de un presente que jamás nos ha puesto a prueba, sobretodo a los afortunados que hemos nacido en el lugar y momento correcto.

Los"Sonderkommandos", unidades de trabajo formadas por judios seleccionados para trabajar en las cámaras de gas, es uno de los ejemplos que más claramente puedan describir el dilema de afrontar de una forma u otra la llegada de la muerte. Estas unidades eran mantenidas separadas del restos de los prisioneros de manera que no pudieran dar detalles sobre sus "asignaciones", a fin de no alertar a los prisioneros que iban a ser exterminados en las cámaras de gas. La cuestión es que dichos comandos, cuidados y tratados de forma excepcional, eran sustituidos por otros prisioneros cada 3 meses aproximadamente, y ejecutados para que nunca
pudieran dar testimonio de lo sucedido en los campos de concentración. En Auschwitz, durante los casi 5 años de su funcionamiento, hubieron 13 grupos de "Sonderkommandos", de los cuales, tan sólo el doceavo, se rebeló y plantó cara a su realidad.

¿Cómo afrontar a la muerte? No lo sé y me aterra. Pero me aterra desde el desconocimiento de la misma. No ser conscientes de ella tal vez sea la clave para no volverse loco y olvidarse que la vida es una pequeña cuenta atrás que pasa de forma inexorable y que no se para hasta el final.

No sé como afrontar la muerte, pero el saber que me mira me hace aferrarme a la vida con muchas más fuerzas y con mucha más esperanza para pensar que mañana puede ser y será un gran gran día.


Frase del día: "En 20 minutos, toda su familia, todo su futuro, había desaparecido de la faz de la tierra" (La Zona Gris de Miklos Nyiszli)
-Ceniza, fuego y desesperación, ilusiones que se escapan por una chimenea. Locura. Una vez dejamos de ser hombres para convertirnos en bestias, sólo que las bestias nunca se comportaron así. Una vez... una vez... esperemos que sólo una vez.

8 comentarios:

  1. En psicología política me hicieron leer un libro que sin duda me ha marcado. El libro es "Humanidad e inhumanidad. Una historia moral del S.XX", creo que te va a gustar lo mismo que a mi, a pesar de que de primeras el título llame menos que los anuncios de ONO a comprar ONO.
    Te hace reflexionar sobre la guerra y el carácter psicológico que tiene. No te habla de como salvar la muerte, ni de cómo vivir mejor, pero si te habla de cómo en otras ocasiones, en otras guerras, había gente que mataba, que moría y gobernantes que hacían o deshacían.
    Para mi la muerte es un paso más, no hay que temerla ni esperarla, hay que ser conscientes de ella, de su existencia. Por lo demás sólo nos queda vivir, y lo mejor que podemos hacer es concentrarnos en la vida, la hija buena de la existencia humana.

    ResponderEliminar
  2. Esa actitud altruista de la que hablas es la misma que tomaron los cientos de pasajeros que llamaron a sus familiares desde los aviones estampados contra el World Trade Center. Recuerdo los mensajes que dejaron en muchos contestadores.

    Por otra parte, una película que me hizo pensar mucho sobre la muerte fue "La milla verde".

    A mí también me aterra. Me aterra que me ronde y pueda llevarme antes de vivir tantas cosas...

    Pero me aterra más que ronde a los míos, siendo egoísta.

    ResponderEliminar
  3. Llego de rebote desde el blog de tu compartidora de genes. Y me gusta lo que me encuentro! ^^

    He leído todos tus post (bah! Ya sé que no es una gran azaña...no son muchos, aún) y me ha encantado ese toque tan...tan...¿todolocontrario a Fle? Juas! Y mira que ella me encanta too! :P

    Alee...me seguiré pasando por aquí.

    Ah...en cuanto a este post en particular, supongo que ese miedo del que hablas tiene mucho que ver con el miedo a lo desconcido. Ese si que es innato al ser humano. Y no nos lo quitamos de encima ni con lejía, oye...

    ResponderEliminar
  4. A mí lo que menos me asusta, es la muerte. La propia, digo. A veces sí me planteo la situación, pero creo que el miedo se divide entre esos segundos de antes angustiosos sabiendo que desapareces y después, el miedo al dolor físico.
    De todas formas, eso no es comparable con el miedo a la muerte ajena de los seres que me importan.
    ¿Te acuerdas cuando murió la yaya? Mi llanto no era tanto por ella, era por la jodida ley de vida, porque secuencialmente nuestros padres son los siguientes, porque no quiero que se vayan nunca y me acongoja la simple idea, eso sí me da miedo, eso sí me quita el sueño, por eso lloro, porque me da mucha pena. Y es egoista, lo se, pero no puedo evitarlo.
    Es lo mismo al pensar que a ti puede pasarte algo. Y es por eso que, después de una época de mi vida de la que no hace falta que nos acordemos, me hiciste ver lo importante que es la familia, siempre. Y lo importante que es decirle a la gente lo que piensa, en el momento. Sobre todo si son cercanos y son cosas positivas. Lamentarse luego también me da cosica.

    Así que, no puedo imaginarme cómo debían sentirse esos prisioneros, faltos de esperanza y de fe ni siquiera por la vida, pero sí se cómo puedo sentirme yo. Y se que cuando venga un tipo vestido de negro hablándome en mayúsculas, sólo me importaraá haberlo dejado todo dicho.

    Besitos, tote.

    ResponderEliminar
  5. Bueno, yo sólo busco en los blogs post chorras con mucha coña y poco contenido, por eso vengo del flefis blog :D

    Los anteriores tuyos también muy a la par. Pues hale, a comentar el que "no me gusta", así soy yo, por joder, hasta a mí mismo.

    Creo que tenéis un fallo conceptual con el término altruista. No creo que se trate de altruismo sino más bien de resignación ante el inexorable destino. Siempre he apoyado a Nietzsche cuando decía que TODO acto es egoista, creo que ni en este punto flaquea su teoría, cuando no hay un mañana lo único que te preocupa es dejar un buen sabor de boca a los que mantendrán vivo tu recuerdo.

    Yyrkoon dixit.

    ResponderEliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  7. "¡Cuando sea la hora de dejar de vivir, definitivamente la Muerte será mi elección número uno!" (Terry Pratchett, 'El País del Fin del Mundo')

    Yo creo que la generosidad para con los suyos de los condenados a morir, no es más que el reflejo de la preocupación por los que se quedan. Cuando el destino de uno es tan evidente solo te queda pensar en el bien de los que te recordarán.

    La situación de los judíos en los campos de concentración, a mi también me ha dado mucho que pensar y que debatir contigo ¿recuerdas? Me cuesta entender como les (¿nos?) resulta tan sencillo aceptar un futuro con tanta resignación. ¿Por qué no buscar una salida alternativa? ¡¡¡Eran muchos!!! Pero he llegado a la ilusa conclusión de que, probablemente, la esperanza de que si cumplían con lo mandando, por muy desagradable que fuera, se les iba a perdonar el haber nacido bajo una estrella aparentemente equivocada. Pensamiento erróneo, pero había poco a lo que agarrarse...

    Sea como sea, mañana seguro que será un gran gran día ;)

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. De todos los comentarios que he oído de personas cercanas a la muerte, no por esas circunstancias extremas sino por acercarse inexorablemente hacia ella debido a sus años, el que más me sorprendió fue este y cito textualmente: "no me da miedo morirme, me da rabia que yo me muera y el resto del mundo siga existiendo".

    ResponderEliminar